Daza, gran detective
Anoche estuve en La Bodegueta, bar de tapas antes llamado New Snoop, en la calle de Provença; cené ahí con Ricardo Daza, el aún joven pero ya para siempre genial arquitecto colombiano, que ha venido a Barcelona para defender su tesis sobre Le Corbusier en Oriente, o algo así. Yo vengo hablando con rendida admiración de Ricardo Daza desde el año 2003, año en el que por casualidad cayó en mis manos su libro Buscando a Mies. En ese libro, a partir de una fotografía del envejecido, obeso, pero siempre elegantísimo Mies van der Rohe (autor del pabellón de Montjuïc, hoy uno de los hitos turísticos de nuestra querida ciudad) el autor, y con él el lector, emprende una investigación a la vez arquitectónica y metafísica, sobre la limpia arquitectura de Mies y sobre el sinsentido de la vida. El libro deconstruye una fotografía de Mies van der Rohe; le vemos en el interior de uno de sus edificios, de pie, vestido con un traje oscuro y bien cortado, con una mano en el bolsillo y la otra sosteniendo un cigarro puro. Imagen nada misteriosa, trivial quizá, pero en la que cuaja una estética y una idea de la vida como juego y desafío.
Una foto en la que cuaja una idea de la vida como juego y como desafío
Hablando anoche con Daza, con unas coca-colas por delante, tuve ocasión de preguntarle por "el truco" de su libro: Ricardo, le digo, has elegido una foto de Mies, te preguntas en qué punto exacto del planeta tierra está situado, y mediante una serie de mediciones, cálculos y el recurso a datos de la historia, finges, de una forma muy verosímil, con una armoniosa disposición de palabras e imágenes, averiguar no sólo "dónde está Mies", sino qué clase de pensamientos triunfales y a la vez melancólicos estaba generando su brillante cerebro cuando el fotógrafo le sorprendió. ¿Dónde está tu truco?
Fue delicioso que Daza me dijese -y le creo- que no hay truco alguno, que la investigación policiaca fue llevada adelante con total honestidad y que le costó tres años de pensar y rumiar saber dónde está Mies. Daza, te necesito para saber -salvadas las distancias- dónde estoy yo. Ojalá tu tesis sobre Le Corbusier obtenga una buena nota, pero en cualquier caso en mi corazón ya estás cum laude.
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