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La crisis desborda los comedores de beneficencia de Ferrol

La demanda se ha disparado un 80% en los últimos meses

En Ferrol hay dos comedores municipales y una cocina económica. Los tres centros están desbordados. En los últimos meses, la crisis ha multiplicado la demanda (especialmente de comida para llevar en bolsas) en un 80% y ha agravado las tensiones entre Ayuntamiento y la Cocina Económica. La intención de la concejalía de Servizos Sociais es "que nadie se quede sin comer", por lo que lleva años buscando un convenio con la entidad benéfica. Ésta asume hacerse cargo esporádicamente de la demanda que la concejalía no pueda cubrir, pero asegura que no pueda absorberla toda y que el aumento de los últimos meses les ha endeudado en 40.000 euros.

La entidad privada pide al consistorio (PSdeG) que le ayude a afrontar esa deuda. Según la cocina económica, el déficit se originó por "atender a los usuarios que los comedores públicos no pueden acoger". El Ayuntamiento no lo niega. "Siempre hubo demanda", explica Servizos Sociais, "y siempre hemos intentado que todos coman". El Consistorio persigue, desde hace años, contar con suficientes plazas en sus comedores sociales. Pero, cuando no lo consigue, busca fuera. Por eso quieren financiar a la cocina económica. Sin embargo, la beneficencia se niega a aceptar cualquier cláusula que la concejalía le imponga en un contrato. "Si yo le ofrezco mis instalaciones, ¿quién está subvencionando a quién?", se pregunta el presidente de la cocina, Antonio Tostado, que recuerda que la concejalía les pidió utilizar una de sus plantas como centro de día.

El comedor acusa al Ayuntamiento de llevarles a un déficit de 20.000 euros

Hace dos años, Servizos Sociais repartía bonos de comida para que los mendigos acudieran a la cocina económica. Ahora el sistema ha cambiado y los mendigos acuden al centro sin pasar por la concejalía, eso sí, según explican, recomendados por el Ayuntamiento. Servizos Sociais critica duramente la actitud del comedor, que en ocasiones negó la entrada a algunas personas. La concejala Beatriz Sestayo, sin embargo, asegura que volverá a reunirse con ellos si es necesario. "Es surrealista", explica, "como gobierno hemos incrementado los servicios sociales". El año pasado la inversión del consistorio fue de 47.000 euros. De los seis euros que cuesta el menú, financia uno.

La cocina denuncia ahora que lo que que más dinero les ha hecho perder es tener que dar "comida a domicilio". Aseguran que no es su cometido y que el consistorio, incapaz de asumir la alta demanda de comensales en sus centros, envía "autorizaciones" a quienes no puede atender a la cocina económica para que se lleven la comida en bolsas. "Pero muchos no son mendigos", dice Tostado, que insiste en que su comedor de beneficencia tiene capacidad para 200 plazas, pero se niega a servir menús a los que no sean "sin techo".

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