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Entrevista:

Pataky ante el espejo

Ángel S. Harguindey

Si quieres ser feliz unas horas, emborráchate. Si quieres ser feliz un día, mata un cerdo. Si quieres ser feliz unos meses, busca una buena pareja. Si quieres ser feliz toda la vida, cuida bien tu huerto", un proverbio chino que Bigas Luna procura llevar a la práctica, y se nota. Siempre tiene buen aspecto, no pierde la calma o por lo menos no lo aparenta. Es un buda feliz vestido por Toni Miró. Tiene un huerto espléndido en Tarragona. No sé si se emborracha con frecuencia, pero le encanta comer y beber bien. Tiene una compañera desde hace años con la que se complementa estupendamente, tres hijas, dos perros y es un apasionado del pan, las verduras, el vino, el aceite y el chocolate. Planta árboles en recuerdo de sus amigos, y recoge y acoge burros (tiene ya siete), una especie en extinción. Además monta espectáculos para el cabaret El Plata, en Zaragoza, es un experto en las nuevas tecnologías y escribe y dirige películas. En realidad, en Bigas caben desde los instintos más primarios (el hambre y el sexo) hasta la high-tech. Lo abarca todo.

Mi protagonistase basa en todaslas latinas que han triunfado en Hollywood(Bigas luna)
En la vida no hay que esperar nada en bandeja de plata. Hay que luchar por todo
Los ángeles es brillo, basura, dinero. atrae, pero quema, hay que salir de ella para sobrevivir
Hablé mucho con Bigas de mi experiencia en Los Ángeles. algunas historias las llevó al guión
Ésta es una profesión para gente muy dura, muy curtida
Cuando Bigas Luna me llamó, esa noche no pude dormir

Su nueva aventura cinematográfica es D. D. Hollywood, una historia sobre las andanzas y desventuras de una joven que quiere dar el salto a Hollywood. La irresistible ascensión de Diana Díaz desde los pedidos de "¡jamón del país, atún con pimientos, hamburguesa sin queso, tres de patatas y dos de nachos!" de la cocina de un establecimiento de comida rápida hasta los anuncios mixtificadores de los perfumes más selectos. Un largo viaje, con más sombras que luces, del anonimato al glamour de las estrellas. Eva se vuelve a desnudar.

El filme, que Bigas Luna tiene previsto iniciar en septiembre en Alicante, es la segunda parte de una trilogía que comenzó con La Juani, alcanza el cénit con D. D. y, probablemente, se cerrará con la dureza de la caída. Desde El cuento de la lechera hasta La caída de los dioses. Tres mujeres, tres momentos y una sola ambición: el triunfo. Si en la primera de ellas Verónica Echegui era la poligonera que quería ser actriz a toda costa, en la segunda Elsa Pataky da el salto a Estados Unidos: primero, Miami, y después, Los Ángeles. Inicialmente estaba previsto que la protagonista de la trilogía fuera Verónica Echegui, pero Bigas Luna, que es un maestro de la promoción, decidió cambiar el plan. Aún es pronto para saber quién protagonizará la tercera película pero, probablemente, alguien bajará las escaleras de la mansión convencida de que los focos de la policía son, de nuevo, los reflectores del éxito.

El mundo de Internet es siempre un misterio para los que se educaron en la galaxia Gutenberg. Se manejan unas cifras de vértigo, pero, en todo caso, son números de referencia para medir cuantitativamente el valor de un nombre o una marca. En el portal famosas.biz, en su apartado de estadísticas, figura lo siguiente sobre Elsa Pataky: "Informe generado el 26 de mayo de 2009 a las 11.49. Su contador tiene actualmente un valor de 926.945.709 accesos. El día con mayor número de accesos fue el 20 de abril de 2007, con un total de 410.319 visitas". El que se produjeran casi medio millón de visitas en un solo día, el 20 de marzo de 2007, tiene una explicación: acababa de ponerse a la venta el semanario Interviú con una espectacular Pataky en la portada y páginas interiores. Después se supo que dichas fotos habían sido robadas durante la realización de otro reportaje para otra revista. Hubo una demanda por parte de la actriz, que posteriormente ganó en los tribunales, pero aquel 20 de marzo casi medio millón de internautas pincharon sus fotografías. Si había alguna duda sobre la fascinación popular de la protagonista, los datos aportados disipan cualquier incertidumbre.

La cita es en el puerto de Alicante, y allí, con una orgía de arabescos de neones del Nuevo Casino como decorado, comienza la andadura del proyecto. Es Alicante, pero podría ser Dubai por más que en el interior de los amplios salones abunden los chinos. Globalización y cosmopolitismo. Tres días de pruebas de vestuario, de fotografía, de charlas con el director, el tándem Bigas-Pataky se pone en marcha. La actriz llegó la víspera desde Los Ángeles, apenas unas escasas horas de sueño y una larga jornada de trabajo por delante. No hay reproches ni caprichos. Se entrega completamente a las sugerencias de Bigas. Si hay que levantarse la falda, se la levanta. Si hay que enseñar escote, se enseña. Peinada, despeinada, de pie, de espaldas, de rodillas o a cuatro patas. Descarada o tímida. Lo que haga falta. Es un papel importante en su carrera porque tendrá que pasar por diversos registros: desde una chica trabajadora que se mueve con un gorrito ridículo entre cacerolas grasientas y sin futuro hasta los vehículos de lujo con chófer y los paparazzi pendientes de todos sus gestos. Un atractivo reto para cualquier intérprete.

La historia de D. D. es una ficción que se aproxima a la realidad. Su responsable se declara partidario del "verismo" y reconoce que siempre quiso filmar la recreación de una historia real protagonizada por quienes la vivieron. Es como si Belén Esteban y Jesulín de Ubrique accedieran a protagonizar en la actualidad su tormentoso y apasionado idilio de hace años. No sé si el resultado llegaría al nivel de Lo que el viento se llevó, quizá con unas gotas de corrala napolitana y de ostentación doméstica tipo Gil y Gil, pero en todo caso con mucha intensidad sentimental.

Pataky lo tiene claro: "Me gustó desde el principio. Cuando Bigas me mandó un e?mail en el que me decía que quería hablar conmigo, esa noche no dormí. Estaba emocionada. Luego leí el guión y me encantó". El argumento no se anda con medias tintas: el viaje desde la choza al palacio no es gratis ni confortable. Hambre, miserias, humillaciones, engaños, peajes carnales, un largo recorrido en el que la protagonista se va dejando por el camino jirones de piel. Es una visión de la meca del cine desde una óptica diferente, no en vano Bigas Luna vivió cuatro años en Los Ángeles. Cuando D. D., en plena ascensión, le comenta a su agente que no está segura de si quiere salir en las revistas del corazón, su representante le disipa las dudas sin conmiseración: "¿Pero qué dices? Si no sales, no existes. Eso no lo digas nunca más. Ya me cuidaré yo de que vengan, te vean y salgas en todas las revistas. Y esa tontería no te la quiero volver a oír. La realidad y la ficción están muy juntas". Verismo.

Elsa Lafuente Medianu, de 32 años de edad, hija de un bioquímico español y una periodista rumana de ascendencia húngara, más conocida como Elsa Pataky, apellido de uno de sus abuelos, asegura que "desde el principio me sentí muy identificada con el guión y sus anécdotas. La verdad es que hay que luchar mucho para llegar. La gente sólo ve el éxito final, el glamour, pero hay mucha lucha detrás. Hablé mucho con Bigas, le comenté mi propia experiencia y de la gente que conozco, y algunas historias o detalles se han incorporado al guión. Los Ángeles es una ciudad muy diferente y muy dura. Siempre surge una relación de amor-odio. La definen como brillo, basura y dinero, pero tiene algo que atrae, sin duda. Es una ciudad que quema mucho, quema el espíritu y la energía. Hay que salir con frecuencia de ella para sobrevivir. La angustia e inseguridad de los actores es universal. En Estados Unidos, además, pasas de estar en la cima a desaparecer si tu última película fracasa. Por todo esto es muy importante tener una vida personal muy fuerte, porque si no, no te mantienes. Es una profesión para gente muy dura, muy curtida".

Ana Herce, responsable del vestuario de la película, la observa y viste sin perder detalle: pantalones cortos ceñidos, camisetas baratas, trajes de mujer fatal, pruebas y más pruebas para estudiar el cuerpo y los movimientos de uno de los iconos eróticos de los púberes españoles desde que apareció, hace ya 12 años, en la serie de televisión Al salir de clase. Después, en el rodaje, el vestuario llevará las firmas de Jean Paul Gaultier, Francis Montesinos o Paco Rabanne. Bigas es consciente de que estas pruebas son el comienzo de una metamorfosis, la que convertirá a Elsa en Diana, a la persona en el personaje. El realizador eligió a la actriz porque considera que "en estos momentos está viviendo la misma situación que Diana, mi personaje. Las productoras de Los Ángeles empiezan a ofrecerle papeles destacados, y es pública la fascinación que siente por ella su famoso novio, el actor Adrien Brody". Lo dicho: la realidad y la ficción están muy juntas y, mal que le pese a la actriz, la prensa del corazón se convierte en cronista, notaria y, en ocasiones, fabuladora de los sentimientos.

"Mi protagonista", añade Bigas Luna, "se inspira en todas las actrices latinas que han triunfado en Hollywood, desde Sara Montiel o Carmen Sevilla hasta Penélope Cruz, Salma Hayek o Jennifer López. Todas ellas han vivido un proceso muy interesante que conozco muy bien". Lo sabe tan bien que lo explica en una sola frase del guión, escrito en colaboración con la ya habitual Carmen Chaves: "Mira, D. D., en este trabajo puedes ser una buena actriz o una estrella. La diferencia es sólo de unos millones de dólares más por película. ¿Entiendes? Y tú vas a ser una estrella. Apréndete esto: lo importante no es lo buena actriz que seas, sino la leyenda que crees a tu alrededor". Y quizá para llegar a leyenda, sobre todo la cinematográfica, hace falta la colaboración de mucha gente.

Para realizar las pruebas de vestuario y fotografía en Alicante, por ejemplo, se reunieron alrededor de Bigas y Pataky más de 20 personas entre maquilladoras, estilistas, cámaras y eléctricos, equipo que se multiplicará por dos o tres al comenzar el rodaje y en el que, entre otros, resultará fundamental Consol Tura, directora de casting, quien ya había demostrado su intuición y talento al incorporar a Javier Bardem, Penélope Cruz y Jordi Mollá como protagonistas noveles de Jamón jamón. También está Chu Uroz, director artístico de las últimas películas de Bigas y autor de la frase de "el glamour de la periferia" para definir al personaje de la Juani. Hiperactivo, locuaz y con un amplio currículo multidisciplinar: moda, cine, teatro... Días después del encuentro en Alicante, viajaba a San Petersburgo para conocer de cerca y preparar el vestuario de La Fura dels Baus en una de las producciones estrella del valenciano Palau de les Arts, Los troyanos, de Berlioz, con dirección musical de Valeri Gérgiev. "Hemos trabajado en la tetralogía de El anillo de los Nibelungos poniendo espectáculo a las óperas de Wagner, dirigidas por Zubin Mehta. Ahora estoy un poco alucinado. Me dicen que vaya a San Petersburgo para conocer un taller de trajes de ballet. No sé si saben que nosotros trabajamos con telas metálicas, rayos láser, dragones con 15 motores..., y ellos piensan en corsés, tutús y leotardos. En fin, ya veremos cómo acaba la historia", pero antes Chu Uroz será el responsable de la escenografía de D. D. Hollywood, de quien depende la creación artística de los espacios en los que se filmará.

La voz en off de Diana Díaz pone fin a esta otra historia de miseria y lujo: "Bueno, la verdad es que en la vida no hay que esperar que te den nada en bandeja de plata. Hay que luchar por todo. Si me hubiera sentado y hubiera dicho: no puedo tener esto o no puedo tener aquello por ser española o por venir de una familia humilde, nunca habría llegado adonde he llegado". La cuestión es saber a cuántas cosas se renuncia por llegar al lugar que se anhela. Bigas siente especial atracción por el dicho "Cuidado con lo que deseas, que se cumplirá". "Lo que no se prevé es cuándo, de qué manera y a qué precio", apostilla. Ésta es la historia de un deseo cumplido.

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