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Guerra buscó inversiones en el Igape

El conselleiro de Economía e Industria, Javier Guerra, admitió ayer a este periódico que, como empresario y antes de ser nombrado conselleiro, sondeó al IGAPE "buscando inversiones, no para solicitar ayudas".

Con la puntualización, el responsable de Industria quiso zanjar la polémica sobre la relación de su actividad privada con el desempeño de su cargo actual. Horas antes, a través de un comunicado emitido por la consellería, aseguraba que El Secreto del Mar, su grupo de empresas, "nunca solicitó ni recibió un euro de instituciones públicas para desarrollar su actividad". Minutos después de lanzar la nota, y ante la evidencia de que el pasado 21 de abril, el Diario Oficial de Galicia hacía pública una petición de ayudas de El Secreto del Mar para inversiones en equipos informáticos, la consellería se vio obligada a emitir un nuevo comunicado añadiendo un matiz: "Ni solicitó ni recibió ayudas públicas para adquirir ninguna empresa". Lo que no negó en ningún momento fue que su grupo hubiese intentado hacerse con el capital de Caramelo en 2007, como adelantó EL PAÍS en su edición de ayer.

La rectificación de la consellería no pasó desapercibida para el portavoz de Economía e Industria del grupo parlamentario de los socialistas, Abel Losada, que acusó a Guerra de "mentir", sobre su actividad profesional como empresario del sector textil. Losada manifestó su "desconfianza", en la capacidad del conselleiro para "separar claramente su condición de propietario de una empresa y su actividad como responsable político del área que tiene competencias en los incentivos económicos de la comunidad autónoma".

La polémica por la actividad privada de Guerra se desató el pasado miércoles en el Parlamento gallego, cuando el portavoz del BNG, Carlos Aymerich, se preguntó si la Xunta apuesta "por la deslocalización del textil", dando el "ejemplo" de esa práctica del "gran empresario" Javier Guerra.

Éste tomó el turno de palabra que le ofreció la presidenta del Parlamento, Pilar Rojo, para defenderse ofreciendo a los grupos de la oposición los datos sobre el Impuesto de Sociedades que pagan sus empresas como ejemplo de la creación de valor. El enfrentamiento terminó con el plante de toda la oposición, que, tras abandonar el hemiciclo, acusó a Guerra de defender en el Parlamento su actividad privada.

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