La Xunta alerta del riesgo especial de incendio por maleza acumulada

Lo de ayer fue sobre todo poner la venda.. No sea que el verano en los montes se tuerza y derive en un infierno similar al que arrasó en 2006 más de 170.000 hectáreas de bosque, con el mapa de Galicia envuelto en llamas durante medio verano. La Consellería de Medio Rural presentó el dispositivo antiincendios "heredado en un 95% del bipartito". No lo hizo el titular del departamento, Samuel Juárez, sino su número dos, Tomás Fernández Couto, director general de Montes, que ya ocupó ese puesto durante diez años en los últimos gobiernos de Fraga.

Viejo conocido de la Administración, lo primero que hizo fue alertar sobre el "riesgo especial" de fuegos entre julio y septiembre. Fernández Couto basó sus temores sobre un doble argumento: el incremento de biomasa, consecuencia del bajo índice de incendios durante los dos últimos años, y la vegetación que prolifera en las zonas arrasadas por las llamas en 2006. El director general de Montes aclaró además que el dispositivo de extinción es básicamente el que dejó el bipartito.

"No se puede quemar, no valen argumentos lacrimógenos", avisa el director de Montes

El nuevo Ejecutivo que tomó posesión hace mes y medio apenas lo ha retocado: añadió 200 personas al operativo que contará con 5.400 efectivos en 538 brigadas y 24 medios aéreos, todos dependientes de la Xunta. Y decidió que 60 unidades de vigilancia móvil se convertirán ahora en 90 de primera intervención. Son otros tantos todoterrenos que portan entre 600 y 800 litros de agua cada uno para actuar allí donde se desata un fuego. Todo con un presupuesto global de 49 millones de euros, 19 más que el que manejó el último Ejecutivo del PP allá por 2005. Como cada verano, el Cuerpo Nacional de Policía, la Guardia Civil, y la Unidad Militar de Emergencias del Ejército echarán una mano en tareas de vigilancia.

En la presentación de ayer, Fernández Couto evitó censurar el legado de sus antecesores pero tampoco acabó de comprometerse con el operativo. Admitió que el departamento que dirige Samuel Juárez no tuvo tiempo para modificarlo, pero tampoco aclaró si lo haría, de haber llegado con otra antelación. "Hay muchas cuestiones que posiblemente no hubiésemos hecho del mismo modo", reconoció, si bien, optó por "probar el modelo" este verano para introducir cualquier modificación. La misma tesis vale también para la empresa pública Seaga, encargada de contratar a las cuadrillas, y cuya creación criticó con dureza el PP durante la pasada legislatura. En palabras del director general de Montes, "no hay que pensar en eliminarla, sino ver cómo funciona". Por no criticar, ni siquiera atacó la escasa participación de los ayuntamientos en el operativo para apagar el fuego. Sí lamentó que los alcaldes no aporten ahora fondos para la exinción. Y deslizó la idea de que la flota de helicópteros es ahora menos potente que la que manejaba su departamento antes de la llegada del bipartito.

El resto de la rueda de prensa fue una llamada a la colaboración de la sociedad, plagada de advertencias a los incendiarios, también a quienes queman los bosques de forma negligente. "Nadie podrá apelar al desconocimiento de las normas. En verano no se puede quemar", avisó. "Y no vale apelar después a matices lacrimógenos", se puso serio Fernández Couto, que empezó a hablar "más como ciudadano" que como representante político. También animó a todos los testigos para que formulen denuncias contra los pirómanos, y no sucumban a razones de "amistad o vecindad" para evitar sus obligaciones cívicas. Todo envuelto en mensajes de gran preocupación. Fernández Couto cifró incluso la extensión total del monte gallego: dos millones de hectáras. Y el director general sabe por otras veces que lo más efectivo al planificar la extinción es ponerse en lo peor.