Feijóo prescinde de 144 millones en "gastos improductivos" del bipartito

Llevaba unas semanas detectando "agujeros presupuestarios" en cada partida del bipartito que revisaban sus conselleiros. El socavón habría alcanzado, siempre según cálculos del nuevo Gobierno, más de 1.200 millones de euros, "entre ingresos que no entran con la crisis y gastos sin presupuestar". Hasta ayer, cuando presentó su anunciado plan de austeridad. La tijera del presidente de la Xunta promete entrar en los "gastos improductivos" de sus antecesores. Alberto Núñez Feijóo ha encontrado de repente 144 millones de euros que promete dedicar a "reactivar la economía".

El primer recorte, 37 millones, sale de aquellas partidas que menos ha ejecutado estos últimos años el Gobierno y que otro ejercicio más podrían quedar intactas. Del capítulo de bienes y servicios corrientes se caen 13,5 millones, o lo que es lo mismo, cuatro de cada diez euros presupuestados para "publicidad, reuniones, cobertura informativa y publicaciones". La cancelación de "asistencias técnicas y campañas" pretende ahorrar otros 18,4 millones de aquí a final de año. El Instituto Galego de Vivenda también dejará de gastar 27,4 millones de euros, en "inversiones no productivas" que caerán también en el saco de la nueva Xunta.

Facenda auditará el gasto de personal del Sergas y la Lei de Dependencia

El resto del capital, 47 millones, proceden de capítulos de las cuentas públicas que el Ejecutivo se compromete a detallar en las próximas horas. Aunque incompleto, el anuncio le sirvió al presidente para presumir de "haber cumplido la palabra dada y de suplir la falta de rigor del bipartito". "Desde hoy tenemos 144 millones más para reactivar la economía", dar empleo a parados de larga duración, fomentar las políticas educativas y sanitarias, y pagar parte de la Ley de Dependencia".

Adónde irá a parar tanta austeridad es un secreto que el presidente se guarda para las próximas semanas.

Será entonces cuando Feijóo rompa la hucha y detalle un segundo plan, éste de choque, que pretende lograr que cada moneda se dedique a inversión productiva. Alardeó de haber sobrepasado el ahorro de 100 millones anuales prometido en campaña con el objetivo de "parar el crecimiento desmedido del gasto burocrático y mejorarlo para que genere empleo y riqueza".

Según viene insistiendo desde su llegada al poder, la revisión a la baja del gasto "no afectará" a la política sanitaria, social o educativa". Lo que no quiere decir que esas consellerías sean inmunes a las rebajas. La de Sanidade, por ejemplo, será auditada por Facenda que llevará a cabo "sistemas de seguimiento del control del gasto en determinadas partidas del personal". Todo, sin que el paciente lo note.

La prestación de servicios y pagas con arreglo a la Ley de Dependencia se someterá también a "rigurosos controles". "La austeridad es la seña para toda la legislatura", esgrimió el presidente de la Xunta, que pretende exportar el modelo. En Argentina la oficina institucional de la Xunta se mudará a un local un 70% más barato. Hasta ahora el alquiler costaba 45.000 euros al mes. La delegación en la capital argentina deberá arreglarse con la mitad de los 860.000 euros que tiene ahora asignados.

El balance presidencial no olvidó aludir, otra semana más, a los rotos que heredó del bipartito. Citó en este apartado el hospital de Lugo, sin presupuesto asignado, según Feijóo,

La reunión semanal del Gobierno dio el visto bueno al nuevo decreto de Educación Infantil que regulará los contenidos, objetivos y métodos en las aulas de 3 a 6 años. E introduce la asignatura de religión como optativa. El Consello liberó partidas menores para un programa de salud mental para jóvenes y niños en Ferrol, 600.000 euros, y para asociaciones que trabajan en la reinserción de personas alcohólicas, que recibirán medio millón de euros. Proxecto Home, una entidad que el presidente visitó en la campaña, percibirá 200.000 euros para crear 30 nuevas plazas. El Gobierno prorrogó el cheque infantil, dotado con 1,7 millones de euros para suplir la falta de guarderías. Otras promesas, como la revisión del concurso eólico, deberán aguardar algunas semanas más.