"¿750 euros por la caca del perro?"

: el martes entró en vigor una ordenanza municipal según la cual, quienes no recojan las heces de sus perros podrán ser sancionados con multas de entre 750 y 3.000 euros, según la gravedad y la reincidencia. Además, los inspectores tendrán también capacidad de sancionar.

Los vendedores ambulantes que no limpien su basura después de un mercadillo, los que tiren residuos donde no toque o los que no recojan de inmediato de la vía pública los excrementos de sus animales podrán ser multados según la nueva ordenanza municipal de limpieza urbana del Ayuntamiento de Valencia, que entró en vigor el pasado martes.

C., barrendero del distrito centro de la ciudad desde hace un par de años, dice que lo que ve todos los días "es una marranada". A pesar de que, por ejemplo, en el jardín del Parterre, hay una papelera dedicada exclusivamente a las heces de los perros, e incluso tiene un dispensador de bolsas de plástico, C. afirma que recoge más fuera que dentro. Según este barrendero que diariamente vacía esta peculiar papelera, hay quienes incluso roban las bolsas a pesar de la pegatina fluorescente que advierte de su única finalidad.

"Vamos a ser muy duros", aseguró el concejal valenciano de Medio Ambiente

Clara Donato, con una bolsa en una mano y con la correa de su perra Sofi de la otra, afirma estar completamente de acuerdo con la nueva normativa, aunque cree que va a ser muy complicado llevarla a cabo por la cantidad de personas que no se comportan cívicamente y por la falta de agentes. "Tendría que haber un policía cada 10 metros y no lo veo viable, aunque sería perfecto. Tal vez la primera sanción debería ser más liviana".

Según el concejal de Medio Ambiente, Ramón Isidro Sanchis, el Ayuntamiento va a ser "muy duro" en la aplicación de la ordenanza, que es "la más moderna del país y la más dura desde el punto de vista de la concienciación ciudadana".

En Alicante y en Castellón también hay sanciones para los que dejen los excrementos de sus mascotas en la calle, pero de menor cuantía económica.

En la primera de las ciudades, el año pasado se recogieron más de dos millones de cacas de perro, por lo que para combatir este problema el Ayuntamiento ha puesto en marcha una nueva normativa, aprobada hace unas pocas semanas, que contempla sanciones de hasta 200 euros para los dueños de los canes. "Se va ser exigente, es un verdadero problema que tiene fácil solución", reflexiona el concejal de Atención Urbana de Alicante, Andrés Llorens.

En Castellón, el consistorio ha procurado, en los últimos años, instalar los pipi can en una gran mayoría de plazas públicas. Sin embargo, en los barrios periféricos, este servicio está menos atendido y la proliferación de defecaciones es evidente. En cualquier caso, la ordenanza señala como falta leve el "no adoptar las medidas oportunas para impedir que los animales de compañía ensucien las vías" e indica sanciones leves que se sitúan entre los 30,05 y los 601,01 euros.