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Reportaje:

Los intelectuales del Minerva

El colegio compostelano recupera los números de su revista en los años 50

"Miuda, a choiva, / fala de tempos. / ¡Nostálxicas lembranzas! / Gris, plomiza, / enxérgase de lonxe a Catedral". No sólo las fechas de escritura y publicación del poema que comienza con estos cinco versos -diciembre de 1952 y enero del 53, respectivamente- resultan llamativas. Es, sobre todo, la firma lo que subvierte cualquier expectativa: José Manuel Beiras Torrado. El texto, de 15 estrofas, se titula Cavilando... y aparece recogido en el número 2 de Vamos! Órgano del Colegio Minerva. Ayer por la tarde, en las instalaciones del ahora denominado Colexio Manuel Peleteiro de Santiago, se presentó la reedición de los 40 primeros volúmenes de Vamos! en papel, acompañados de un cedé con la colección completa.

En la publicación firmaron Otero, Cunqueiro, Piñeiro o Del Riego
Río Barja escribía sobre Faraldo y Beiras hacía pinitos literarios con 16 años

La redacción de la revista presentaba a aquel Beiras de 16 años e inclinaciones líricas como "el muchacho de formación integral, apto para el disfrute y la práctica de diversas manifestaciones del arte". "Era una revista de ámbito escolar", expone el editor del facsímil, Luís Alonso Girgado, "pero las firmas de los chavales que aparecían ahí pertenecían a familias de la alta burguesía de Santiago". Así se explica Girgado la repercusión que, en la gris década de los 50, alcanzaba el proyecto periodístico del centro escolar privado Minerva. El volumen ahora a disposición en las librerías recopila los ejemplares de Vamos! que salieron a la luz entre 1948 y 1958. 160 números más han dado continuidad a la publicación.

"La idea de realizar una edición facsímil partió de una investigación sobre las revistas de los años 40 en Galicia", relata Luís Alonso Girgado, empleado en el Centro de Estudos Ramón Piñeiro. En el curso de aquel trabajo, la dirección del Peleteiro enseñó a Girgado "un volumen encuadernado en piel" con los antiguos Vamos! Y aquella peculiar revista escolar albergaba firmas refulgentes: Ramón Otero Pedrayo, Ramón Piñeiro, Domingo García-Sabell, Francisco Fernández del Riego bajo su pseudónimo habitual (Salvador Lorenzana) o Álvaro Cunqueiro. "Había que dar a conocer aquel legado", afirma Girgado, "en el que participaba buena parte de la intelectualidad de Santiago, la de la universidad, de la jurisprudencia, de la medicina...". Las páginas guardan poemas de Uxío, entonces Eugenio, Novoneyra, Manuel María o Pura Vázquez.

Además de los colaboradores externos, que atendían a la llamada de los coordinadores Benito Varela Jácome y Jesús Pereira Vilariño, en Vamos! trabajaban los alumnos. Uno de los más activos literariamente respondía al nombre de Gonzalo R. Mourullo. Hoy en día abogado del Estado, Mourullo revolucionó la literatura en gallego a finales de la década de los 50 y con menos de 20 años, con los libros Memoria de Tains e Nasce un árbore: la oposición al piñeirismo literario encarnado en Cunqueiro y Ánxel Fole. Pero en Vamos! glosaba A lus do candil, la cosecha de relatos de Fole. Otras firmas que, andado el tiempo, se volverían ilustres respondían a los nombres de Baldomero Cores o Juan José Moralejo.

"En 1953, que corresponde al número 2 de la revista, aparecen los primeros textos en gallego". Después del poema de Beiras, el siguiente Vamos -ya sin el signo de exclamación en la cabecera- lo encabezó un Saúdo do Mestre con rúbrica de Ramón Otero Pedrayo. "Deixade falar en vos o acento da raza e da terra", arengaba el patriarca Pedrayo. "No me consta que la revista tuviese ningún problema a causa del uso del idioma en aquellos años", apunta Girgado. El editor cifra en el carácter "literario" las razones de que el gallego pasase desapercibido. "El único problema registrado fue con la Asociación Nacional de Ciegos, pero la misma publicación lo recogió".

La Revolución de 1846 y Antolín Faraldo, en versión de Francisco Xavier Río Barja, el cuento Pepiño, de un Beiras que a los dos meses de su primera incursión en la revista ya había galleguizado su nombre, o el análisis de Mourullo sobre Manuel Prieto Marcos e os seus poemas en gama de gaita conforman algunos de los curiosos, para la época, textos de Vamos. Y en una posguerra en la que sólo algún colegio público disponía de órgano propio de información.

"Lamentablemente, y esto lo digo yo", remarca Luís Alonso Girgado, "la línea editorial de aquella primera década desapareció". Los invitados cedieron todo el espacio a los alumnos. Aquellas "redacciones, crónicas literarias, impresiones de viaje, comentarios de exposiciones pictóricas o notas sueltas" que conformaban los géneros habituales en la publicación fueron sustituidos por los datos de consumo interno.

Fotografía de la biblioteca del antiguo Colegio Minerva, hoy Peleteiro, en Santiago de Compostela durante los años 60.
Artículo de Otero en <i>Vamos</i>.
Fotografía de la biblioteca del antiguo Colegio Minerva, hoy Peleteiro, en Santiago de Compostela durante los años 60. Artículo de Otero en Vamos.

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