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Los socialistas valencianos acusarán en el 'caso Gürtel'

Los socialistas valencianos son desde ayer acción popular en la investigación del caso Gürtel que dirige el magistrado-juez del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) José Flors. Sin embargo, lo son con limitaciones. Sus aspiraciones se han visto sustancialmente reducidas. El PSPV-PSOE se querelló contra Francisco Camps, presidente de la Generalitat; Ricardo Costa, secretario general de los populares valencianos; Víctor Campos, ex vicepresidente de la Generalitat, y Rafael Betoret, ex jefe de gabinete de la consejería de Turismo. Lo hizo por el delito de cohecho, en su más amplia interpretación jurídica (aceptar regalos y compensar por ellos) y también por financiación ilegal de partidos, tráfico de influencias y malversación de fondos públicos. En esa misma querella, propuso una larga lista de responsables de distintas áreas del Gobierno valenciano para que acudieran a declarar.

José Flors ha dicho no a casi todo. De entrada, les ha admitido la personación, sin requerir fianza alguna, por el supuesto delito de cohecho pasivo impropio, la versión más simple y reducida, la que se circunscribe a aceptar dádivas. Pero además, el juez deja claro en su auto que las testificales quedan inadmitidas y que la acción popular no tiene carácter retroactivo. Es decir, no podrá volver a citarse a declarar a quienes ya lo han hecho. Su actuación tendrá que ser a partir de lo que actúe desde el día de ayer. Del mismo modo, el magistrado no admite nuevas imputaciones.

El PP celebró ayer como una gran victoria la decisión del juez. Según David Serra, secretario general del grupo popular, "el juez ha desmontado la teoría del engaño de los socialistas" porque sólo ha aceptado uno de los delitos.

Nuevas declaraciones

El tribunal tuvo ayer otras actividades. Tres testigos: dos trabajadores de Forever Young y una de Milano declararon como testigos. El que fuera mano derecha del sastre José Tomás, con el que estuvo en Milano más de una década y al que se llevó a finales de 2006 a Forever Young, fue el primero en comparecer. Más de dos horas duró su interrogatorio. Mantuvo lo que ya dijo meses atrás ante la Fiscalía Anticorrupción: las facturas tienen conceptos genéricos por orden de Tomás y no coinciden con traje alguno. La segunda en declarar fue la que es cajera de la tienda de Milano en la calle Serrano desde finales de los años 80. No vio pagar a los imputados ningún traje. Y el último y más breve fue el que fuera jefe de tienda de Forever Young en Paseo de la Castellana, quien dijo haber visto a los imputados en la tienda pero no pagar.

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