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Obama declara la guerra contra el cibercrimen

El presidente estadounidense designará un 'zar' de la Red para proteger los sistemas públicos y privados de los ataques informáticos

Yolanda Monge

Barack Obama sabe de la importancia de Internet. El presidente ha vivido sus beneficios y sus perjuicios. Sabe Obama, como él mismo reconoció ayer, que ganó las pasadas elecciones presidenciales en parte gracias a la fuerza de la Red y a su alcance. Y también sabe el presidente que la seguridad cibernética es susceptible de violación, como le sucedió a su campaña el pasado otoño, cuando piratas informáticos entraron en la página web del candidato demócrata y robaron información perteneciente a la base de datos.

El presidente de Internet anunció ayer que Estados Unidos se prepara para iniciar una nueva guerra, en esta ocasión librada en el ciberespacio. Para esta lucha, Obama comunicó la creación de un alto cargo de ciberseguridad con oficina en la Casa Blanca (al que llamó "ciberzar") contra ataques que protegerá tanto las redes oficiales como las privadas de los hackers que las asaltan. "El ciberespacio es real", dijo Obama en rueda de prensa en la Casa Blanca, "como son reales los riesgos que conlleva", añadió. El mandatario indicó que la persona designada para el puesto responderá ante el Consejo de Seguridad Nacional y ante el Consejo Económico Nacional, en reconocimiento del papel que la informática desempeña tanto en la defensa del país como en la economía.

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"Ésa es la gran ironía de la era de la información, las tecnologías que nos permiten construir y crear son las mismas que utilizan aquellos que destruyen y perturban el orden", aseguró. "Es una paradoja que vemos cada día", añadió Obama. En su opinión, Estados Unidos lleva mucho tiempo fracasando en proteger de manera adecuada la seguridad de sus redes cibernéticas. "No estamos lo preparados que deberíamos estar, ni como Gobierno ni como país", prosiguió Obama, quien dijo que los asaltos a las redes informáticas son uno de los peligros económicos y militares más graves a los que se enfrenta EE UU.

Sin medias tintas, Obama aseguró que la prosperidad estadounidense en el siglo XXI dependerá de la ciberseguridad y que el país afrontaba "un momento de transformación". Por eso, el presidente encargó el pasado mes de febrero una revisión de las políticas de protección informática por las que se rige el Gobierno de EE UU, que constó de una minuciosa labor de análisis por parte de diversos expertos de su Administración para que explicaran cuáles eran las mayores amenazas informáticas que afectan a la población civil norteamericana. Este equipo partió de ejemplos concretos, como un caso en que criminales cibernéticos habían saboteado el suministro eléctrico de diversas ciudades, según información clasificada de la CIA; en otra ocasión, hace seis meses, unos criminales informáticos asaltaron 130 cajeros automáticos en 49 ciudades distintas del mundo y robaron miles de dólares.

Ante el anuncio de mayor control y la intención de nombrar un sheriff que vigile el ciberespacio, Obama quiso tranquilizar a aquellos que puedan ver el fantasma de la injerencia gubernamental sobrevolar sobre su privacidad y declaró que el nuevo sistema federal de vigilancia no recortará la libertad en la Red ni "dictará cómo las redes de las empresas privadas deben diseñar sus sistemas de defensa". Se trata de luchar contra el robo de información bancaria, controlar los servicios básicos que ahora se gestionan a través de Internet y evitar la suplantación de la identidad personal en la Red. Otro de los graves asuntos a los que el nuevo zar deberá dar una respuesta es el de la piratería, que hasta ahora ha asumido con un discreto éxito el FBI. Las pérdidas estimadas a causa del robo de datos y propiedad intelectual en 2008 suponen hasta un billón de dólares (720.000 millones de euros).

Al describir su plan de cinco puntos que blindará las infraestructuras cibernéticas de la nación, el presidente dijo que Estados Unidos necesita impartir la educación requerida -desde los colegios- para mantenerse a la par de la tecnología y atraer y retener una fuerza laboral que maneje los conocimientos cibernéticos. Obama reclamó una nueva campaña educativa a fin de alertar al público de los desafíos y amenazas relacionadas con la ciberseguridad.

Entre las medidas que adoptará la Casa Blanca para mejorar la seguridad cibernética, el presidente anunció un aumento de la cooperación con los aliados. Para ello se hace necesario conseguir que los países aliados sean afines en una serie de asuntos, como los baremos técnicos y normas legales aceptables sobre jurisdicción territorial, responsabilidad y soberanía, y uso de la fuerza para luchar contra el cibercrimen. Con iniciativas internacionales de este tipo, el Gobierno de EE UU espera que la comunidad internacional comience un debate sobre cómo perseguir a los cibercriminales y establezca un marco legal para juzgarles y castigarles.

La Casa Blanca también quiso hacer un llamamiento para que la nación no se quede atrás en la carrera de la seguridad informática, un campo en el que países como India o China han hecho notables avances en los últimos años.

La Administración de Obama compara el momento actual al del lanzamiento del satélite Sputnik en octubre de 1957, cuando pareció que la antigua Unión Soviética estaba a punto de ganarle la carrera espacial a Estados Unidos.

Oficiales de la Fuerza Aérea de EE UU revisan los sistemas informáticos.
Oficiales de la Fuerza Aérea de EE UU revisan los sistemas informáticos.CECILIO RICARDO / US AIR FORCE

Un nuevo escudo

- Una nueva agencia gubernamental coordinará un presupuesto de miles de millones de dólares para proteger el ciberespacio.

- Se estima que las pérdidas por robo de datos y propiedad intelectual ascendieron en 2008 a 720.000 millones de euros

- Se intentará proteger los ordenadores con información más sensible, como los

del Gobierno, los de Wall Street o los que controlanel tráfico aéreo.

- El Pentágono informó de que sus ordenadores sufrieron 360 millones de ataques en 2008. En 2006 se produjeron 6 millones de intentos de acceso a sus redes.

- La mayoría de los ataques tiene origen en China. Ciberterroristas chinos accedieron en abril a datos sobre prototipos de aviones militares. Pekín niega que intentara hackear esa información.

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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