Crítica
Hoy pensaba decir horrores de Sálvame (Telecinco), pero mejor matizo. Tal vez sepan que el reconocido cineasta Almodóvar, aparentemente molesto porque su última obra no ha provocado un embeleso universal, se ha quejado de que este diario enviara a su crítico de cine, Carlos Boyero, a hacer críticas de cine en Cannes. De paso, ha expresado su disconformidad con que el jefe de Cultura, Borja Hermoso, sea jefe de Cultura. Y, lo peor: ha llamado al director, y el director, que probablemente estaba ocupado con su trabajo de director, no ha podido ponerse al teléfono. El acabose.
Según están las cosas, prefiero no exponer mi opinión personal sobre Sálvame: podría mosquearse Jorge Javier Vázquez y pedir que me echen, o acusarme de no haber visto todas las emisiones del programa (cosa que, lo reconozco, sería cierta). En lugar de opinar, hagamos crítica seria. Digamos que Sálvame, un meta-reality construido sobre estructuras autorreferenciales, lanza una mirada irónica sobre ciertos programas de Telecinco; constituye un desarrollo coherente de obras anteriores, como Aquí hay tomate, manteniendo un similar tono narrativo (con claros homenajes al situacionismo), pero reduciendo el ámbito argumental y elevando a los personajes a un nivel simbólico, casi totémico. Otros dirán, quizá, que se trata de un simple reciclaje de basura. Quede claro que yo podría pensarlo, pero en ningún caso me atrevería a expresar un juicio tan personal y subjetivo.
Quede clara otra cosa: aunque no me gustara el terreno en que se mueve Vázquez, el tipo es un animal televisivo. No le conozco personalmente (una vez nos comunicamos por correo electrónico), pero sospecho que sería capaz de hacer programas sobre casi cualquier cosa. Telecinco le encargó que salvara las sobremesas de la cadena, en caída libre desde el fin del Tomate, y le proporcionó unos materiales determinados. A juzgar por las cifras, ha cumplido la misión. Con un programa horroroso (ay, lo he dicho) y, sin embargo, efectivo.
Aposté públicamente una cerveza a que fracasaría. La tiene pagada donde quiera.
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