"Las asociaciones son nuestras antenas"
Iñigo Lamarca (San Sebastián 1959) finaliza el próximo 25 de junio sus cinco años en el cargo como Ararteko. Y lo hace en plena celebración de los 20 años de esta institución de defensa del ciudadano, promoviendo unas jornadas de reflexión y campañas de divulgación.
Pregunta. ¿Es la sociedad vasca inconformista o no?
Respuesta. Es bastante exigente a la hora de reivindicar su estatus de ciudadanía y sus derechos, lo cual es muy bueno. Muchos vascos están comprometidos y trabajan en organizaciones sociales. El tejido asociativo vasco es amplio, diverso y rico, y yo animo a los jóvenes a participar en labores de voluntariado porque la solidaridad es un valor que genera tejido social. Por otra parte, debemos asumir que también tenemos deberes cívicos.
"Animo a los jóvenes a participar en labores de voluntariado social"
P. Se cumplen 20 años de Ararteko. ¿Cuál ha sido la evolución y la sociología de las quejas y preocupaciones ciudadanas?
R. De los más de 27.000 expedientes de queja en estos 20 años, 1.800 corresponden al año pasado. No se ha dado un crecimiento espectacular, sino progresivo, y, aunque los temas que tratan son diversos, despuntan los referentes a las prestaciones sociales y económicas de las administraciones, la educación, la sanidad, las obras públicas y el mal funcionamiento de la Administración.
P. Pero ha enfatizado que no se limita a tramitar quejas, sino que toma iniciativas para defender derechos de los ciudadanos.
R. Porque hay muchas personas que no se saben mover o son vulnerables. De los Ombudsman más avanzados he aprendido que tenemos que estar en la calle, a pie de obra, en estrecha relación con las organizaciones sociales. Yo vengo del mundo del activismo social y creo importante estar en permanente contacto con las asociaciones y movimientos sociales, para que sean nuestras antenas y nos digan qué es lo que va a pasar o está pasando en diferentes campos.
P. Anualmente realizan el diagnóstico de los derechos de personas y colectivos sociales.
R. Recabamos información sobre las políticas públicas en relación con los menores, las personas mayores, con discapacidad, inmigrantes, víctimas, etcétera. Así hasta once áreas, y hacemos informes con recomendaciones sobre estas realidades.
P. ¿Y cual es el diagnóstico actual de Euskadi?
R. Cada realidad de esas áreas es muy cambiante, pero damos prioridad a quienes están en riesgo de exclusión social, y más ahora, en momentos de crisis. Tenemos una red de ayudas sociales bastante consistente, pero que no llega. En Euskadi hay una bolsa de pobreza, y deberíamos hacer que toda la población tenga asegurada una vida digna.
P. ¿No abusan las instituciones de su poder? Hay quejas del Ararteko de que no colaboran.
R. Las administraciones han adquirido una dimensión mastodóntica. Eso les ha alejado de las preocupaciones de los ciudadanos y, en ocasiones, les ha llevado a cierta prepotencia. Están obligadas a responder al Ararteko, y lo hacen, aunque a veces con tardanza. Me he esforzado por abreviar esos plazos, que han mejorado. En cuanto a nuestras recomendaciones, aunque no están obligadas, las han seguido en el 85% de casos en los que han obrado indebidamente.
P. En cuando a su dimensión, se han creado defensorías sectoriales como la del Menor o la de Igualdad, que chocan con las competencias del Ararteko.
R. La Defensoría de la Igualdad es competente en discriminaciones por razón de sexo producidas en ámbitos privados, por lo que no existe a priori solapamiento de competencias. Aun así, nos estamos coordinando. Caso distinto es la Defensoría del Menor, cuyas competencias ya ejerce el Ararteko. Respetando los principios de máxima colaboración institucional y de optimización de recursos, he tenido dos reuniones con Jesús Gutiérrez [Defensor del Menor], para explicarle lo que hacemos en ese campo, que es, con diferencia, el que más espacio ocupa en el informe anual que entregamos al Parlamento. Se trata de establecer una relación que busque la complementariedad de nuestras actuaciones.
P. Ha sorteado temas políticamente espinosos en este país.
R. La regla de oro que he procurado seguir a rajatabla es ser una institución imparcial e independiente. Yo no tenía opción política antes de entrar; tampoco la tengo ahora. Me ha servido mi experiencia en Gehitu, una asociación muy plural y muy diversa donde hay gente de todos los colores.
P. En junio cumple sus cinco años de mandato en el cargo. ¿Está dispuesto a seguir?
R. Es un puesto que me motivó y me sigue motivando, porque resolvemos muchas pequeñas cosas respecto a la magnitud de los asuntos de las administraciones, pero que son importantes y grandes para cada ciudadano al que resolvemos.
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