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La menor recaudación de renta y patrimonio relaja la presión fiscal

La crisis y, en menor medida, las rebajas fiscales acometidas en los últimos dos años han provocado un descenso de la presión fiscal en 2008. Tras varios años de crecimiento al calor de la bonanza económica, este indicador cayó al 32,8% del producto interior bruto (PIB), 4,25 puntos menos que en 2007, según datos divulgados ayer por el Ministerio de Economía. Los impuestos directos, especialmente renta y patrimonio, explican el cambio de tendencia.

Es la primera vez desde el año 2001 que cede la presión fiscal. Entonces el descenso fue mínimo. En esta ocasión, la caída del empleo y de la riqueza de los contribuyentes han propiciado una menor contribución del IRPF y del impuesto de patrimonio, ya eliminado del abanico fiscal. También retroceden los tributos sobre la producción y las importaciones.

La Administración central, responsable de los impuestos más voluminosos, es la que más recaudación ha perdido (casi cuatro puntos). En las comunidades y los ayuntamientos, el impacto ha sido más leve.

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