El enigma Talavante

Maravilló en Las Ventas cuando compareció como novillero. Tras la alternativa, alcanzó inmediatamente la condición de figura, sorprendiendo con su valor sereno, su quietud y el templado hacer de su muleta. El Domingo de Resurrección de 2007, también en Madrid, Alejandro Talavante deslumbró haciendo una faena rayana en la perfección. Poco después abría la Puerta del Príncipe. "Había torero", sin duda; Iba a ser el máximo aliciente de la feria de San Isidro cuando, toreando una tarde de ese mismo mes de mayo en Valladolid, resultó cogido de importancia. Se comenzó a hablar entonces de su carácter temperamental, que le hacía brillar unas tardes, mientras otras se mostraba espeso. Su trayectoria entró en un bache, coincidiendo con el anuncio del regreso de José Tomás a los ruedos. En medio de estos claroscuros,Talavante se encerró en Madrid el pasado Domingo de Resurrección con seis toros. A pesar de que no dieron el juego esperado, él tampoco estuvo a la altura de las circunstancias, invadido por la indolencia. La misma que se puso de manifiesto en su actuación del pasado día 14, aunque poco antes había cortado en Sevilla las dos orejas a un toro. Así las cosas, está claro que se juega mucho en su comparecencia de hoy en Madrid y en la del próximo 4 de junio. Sería una pena que un torero que ha mostrado tan buenas condiciones pasara a ser tan sólo flor de un par de temporadas.