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El tren se extiende por Madrid

La estación de Sol abre el 27 de junio después de cinco años de obras

El intercambiador de la Puerta del Sol, situado en el corazón de Madrid y bajo el kilómetro cero de las carreteras españolas, será inaugurado el próximo 27 de junio. Así lo anunció ayer José Blanco, ministro de Fomento, tras cuatro años de obras y uno más en el que la actividad permaneció retardada tras el hallazgo arqueológico de los cimientos de la iglesia del Buen Suceso.

Se calcula que 1.400.000 personas cruzarán cada día por la nueva estación, que dispone de amplios vestíbulos y andenes de hasta 200 metros de longitud y que integrará, musealizada, parte de la arqueología descubierta. Tres líneas de metro convergen allí con las del ferrocarril de Cercanías, un antiguo proyecto de la época de la Segunda República que permaneció arrumbado 80 años.

Una estructura de acero inoxidable y cristal acogerá a los viajeros
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¿Y esto, a qué se parece?

En la Puerta del Sol, los viajeros hallarán una estructura metálica en acero inoxidable revestida de cristal. Antonio Fernández Alba, arquitecto de 81 años y académico de Bellas Artes, con abundante obra pública en Madrid, como el pabellón del Telescopio de Herschell del Observatorio Astronómico del Retiro, es el autor de esta nueva estructura instalada desde hace unos días en el centro de la Puerta del Sol y aún sin acristalar. Javier Manterola, artífice de algunos de los puentes más importantes de España, es el autor de los cálculos estructurales. El Ministerio de Fomento les encomendó hace año y medio esta parte de la obra.

La marquesina tendrá 12,50 metros de longitud y dos bóvedas nervadas de 4,50 metros y 2,60 metros de altura, respectivamente, con 6,50 metros de boca. La bóveda más grande, que mira hacia el este, es decir, al edificio rematado por el anuncio ático de Tío Pepe, incluye una catarata de escaleras mecánicas y otras transitables a pie, con 24 escalones. La pequeña, versada al oeste, contribuye a la iluminación cenital de uno de los vestíbulos, de más de 250 metros de longitud, de que consta la estación. Estructuralmente, el juego de bóvedas que compone la marquesina es una forma estérea que geométricamente se conoce como paraboloide hiperbólico, semejante a la ondulación que forma una silla de montar a caballo.

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"La nuestra ha sido una intervención colateral dentro de una obra de ingeniería de enorme envergadura", explica Fernández Alba. Según asegura, la marquesina "consiste en una parábola deslizante sobre una circunferencia que se apoya a su vez en un rectángulo". Lo define como "un caleidoscopio urbano, una suerte de faro que nunca se apaga, como tampoco cesa nunca la actividad en esta plaza", explica el arquitecto. "Se trataba de realizar una intervención transparente, que no perturbara la diafanidad de la Puerta del Sol". Y añade: "Por fuera ha de impedir además que la lluvia se adentre hacia su interior".

Ignacio González, vicepresidente del Gobierno regional y responsable de Cultura, precisó ayer a este diario que "el proyecto fue aprobado por la Comisión de Patrimonio Histórico Artístico y Natural", de la que también forma parte el Ayuntamiento.

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