El Gobierno cree que la economía tocó fondo en el primer trimestre del año
La caída del PIB, un 1,9% entre enero y marzo, es la mayor en 50 años - El retroceso interanual es del 3%, peor que los cálculos más pesimistas
Una situación siempre se puede analizar desde puntos de vista opuestos. El secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, eligió ayer el lado más amable y lanzó un mensaje de moderado optimismo en su estreno en el cargo. "Algunos indicadores sugieren que el segundo trimestre no va a ser tan negativo como el primero", afirmó. Suena bien. Lo malo es que esta comparación parte de un periodo negro, los tres primeros meses del año, los peores en medio siglo.
El Banco de España y el propio Instituto Nacional de Estadística ya habían avanzado que España vivió entre enero y marzo un auténtico desastre. La caída interanual del producto interior bruto (PIB) hasta marzo se queda finalmente en el 3%, algo más que el 2,9% anunciado por el INE la semana pasada. Esta décima de más se explica por los datos del sector servicios publicados el pasado lunes, peores de lo esperado.
El desplome del consumo familiar y de la industria ahondan la recesión
"Empezamos a ver la luz al final del túnel", dice la ministra Salgado
Si la caída en términos inter-anuales es fuerte, las noticias no son mejores si se compara con el último trimestre de 2008. El desplome del 1,9% es el más abrupto desde la época del plan de estabilización que emprendió Francisco Franco en 1959.
Pero el INE ayer no sólo informó de que el naufragio va a más. También dio las claves para analizar las entrañas del PIB. Y como ya es habitual en cada coletazo trimestral de esta virulenta crisis, los principales responsables del desastre son la débil demanda de las familias, que cedió más del 4% respecto al primer trimestre de 2008, y la inversión, cuya caída superó el 13%. Los datos muestran un agarrotamiento en las decisiones de gasto de hogares y empresas. "La actitud de las familias es racional, ya que nos acercamos a una tasa de paro cercana al 20%. Me preocupa más el descenso de la inversión empresarial, que es sinónimo de no recuperación futura. Aquí pesa mucho el racionamiento crediticio. La reciente mejoría en la financiación mayorista no se ha notado a pie de calle, sobre todo en las pequeñas y medianas empresas", sostiene Emilio Ontiveros, presidente de Analistas Financieros (AFI).
El sector exterior, que había salvado la papeleta en trimestres anteriores, ha contribuido ahora mucho menos al crecimiento del PIB. Tanto las importaciones como las exportaciones intensifican su contracción.
El flamante número dos de Economía arrancó su intervención con un reconocimiento de lo negativo de la situación, pero enmarcándolo en un contexto internacional todavía peor. "España decrece algo menos que la zona euro, que cayó un 4,6%", comenzó. Con mucha cautela, haciendo continuas referencias a la alta volatilidad de la coyuntura, Campa se inclinó por la visión más optimista. Señaló distintos indicadores -unos datos de empleo de abril "relativamente positivos" y la buena evolución de los mercados financieros y bursátiles- que hacen pensar que la caída del PIB "puede haber llegado a su punto álgido". "Como los datos son tan adversos, es posible que asistamos a un frenazo del deterioro, pero que haya pocas posibilidades de recuperación explícita", responde Ontiveros.
El INE certifica que el deterioro de todos los sectores trajo consigo una caída del empleo del 6% durante el trimestre, lo que se tradujo en la pérdida de 1,14 millones de puestos de trabajo a tiempo completo en un año. Es por esto por lo que Ontiveros considera que aunque el segundo trimestre no sea tan malo, la sangría del paro continuará. "Ralentizar el ritmo de deterioro no equivale a anticipar la recuperación", señala.
Al presidente de AFI le preocupa lo que denomina "la caligrafía de la recuperación". Una vez confirmado que esta crisis no va a tener forma de v, "la pregunta es en qué momento saldremos de la panza de la u", señala.
La expectación que había despertado la comparecencia de Campa no se debía a que presentara unos datos más o menos conocidos. En su primera aparición tras asumir el cargo, tendría que responder a preguntas sobre sus opiniones expresadas antes de su llegada al Gobierno. Porque Campa está entre el centenar de economistas que firmaron un manifiesto que, entre otras cosas, defendía un contrato laboral único para luchar contra las deficiencias del mercado laboral español, el que más empleo ha destruido en esta crisis. El número dos de Economía saltó, pero en todo momento sobre una red de seguridad. Campa reiteró que se siente "cómodo" con esa propuesta, pero que todo cambio deberá aprobarse en el contexto del diálogo social.
En su primera comparencia en el Congreso como vicepresidenta y ministra de Economía, Elena Salgado no habló de brotes verdes. El protagonismo lo tuvo la última frase de su discurso: "Empezamos a ver la luz al final del túnel, y en este caso, no es un tren que circula en sentido contrario". No obstante, Salgado matizó en la Comisión de Economía cualquier atisbo de euforia al señalar que "el camino hasta la recuperación será aún largo". También afirmó que este año "será muy difícil" y que "el ajuste de la economía, todavía puede durar", informa Íñigo de Barrón.
Insistió en la necesidad de tomar nuevos rumbos, pero "es el sector privado quien debe protagonizar la transición hacia un nuevo modelo económico. El Gobierno se limita a crear un entorno adecuado. Por eso es necesario mejorar el funcionamiento de los mercados para tener una economía más competitiva".
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