La OCDE mantendrá en junio sus previsiones para España por primera vez durante la crisis
Gurría insta a eliminar la "protección excesiva" de los trabajadores y vaticina señales de recuperación para final de año, pero no "tasas positivas"
El secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Angel Gurría, ha afirmado hoy en Madrid que ya se observan mejores indicadores económicos, pero ha advertido de que "el apetito por ver retoños no debe evitar el ser objetivos en las previsiones". Así, ha augurado que a finales de año se podrá observar ya una recuperación, no con cifras positivas muy claras, pero sí con un abandono de la contracción de la economía mundial.
En un encuentro organizado por el Foro Nueva Economía, Gurría ha indicado que "todos queremos ver retoños", y ha añadido que los últimos indicadores de la OCDE sugieren en línea con quienes defienden la aparición de "brotes verdes" que, en algunos aspectos, "la velocidad de caída es más lenta, ya no es una caída libre". En concreto, sobre nuestro país, ha añadido que las nuevas previsiones que publicará el organismo el 25 de junio no reflejarán "un deterioro significativo" de sus anteriores perspectivas para España y otros países por primera vez desde el comienzo de la crisis.
Gurría ha advertido de que las ganas de "ver retoños" en la economía no deben camuflar la realidad sobre la crisis
Asimismo, el economista mexicano ha entrado a analizar la situación del mercado laboral español al apostar por eliminar todos aquellos "sesgos" que hay dentro del esquema laboral que atentan contra la creación de empleo. Tras llamar la atención sobre el hecho de que no aboga por el abaratamiento del despido -"nadie como la OCDE conoce los intereses de los trabajadores", ha asegurado-, sí ha sostenido que "cuando la protección de los trabajadores es excesiva, el resultado va en contra del empleo que se quiere proteger".
"Protección del cerco"
El dirigente del conocido como Club de los países desarrollados se ha puesto a favor de los colectivos con más problemas para acceder al mercado laboral, como las mujeres y jóvenes, en oposición a la "protección del cerco" de los trabajadores ya contratados. Algo "natural y humano", en su opinión, aunque ha declarado que "hay que pensar en los de fuera y en los que quieren entrar".
Por este motivo y a modo de ejemplo, ha abogado por una rebaja de los salarios para los menores de 25 años con el objetivo de impulsar su contratación. Además, ha afirmado que si bien es cierto que es "carísimo crear empleo, más caro es deshacerse de un trabajador", algo que conducirá, en su opinión, a que haya una tendencia de "poner máquinas en lugar de gente".
Sin miedo a la polémica, Gurría no ha dudado en defender el discurso del gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, frente a "las críticas de altos cargos del Gobierno". Así, ha destacado que el organismo que dirige mantiene un contacto permanente con todas las cúpulas sindicales de sus países miembros, a los que siempre ha transmitido que la prioridad debe ser el empleo, aun a costa de abaratar los despidos.
Respaldo a la labor del Gobierno
No obstante, tras el toque de atención, han llegado los halagos. De hecho, Gurría ha ensalzado la labor del Gobierno español en su lucha contra la crisis, con unas medidas que van en la "dirección correcta". Además, también se ha puesto de parte del Ejecutivo al criticar la rebaja que hicieron de España las agencias de calificación: "Una insensatez", ha asegurado antes de ironizar que los diferentes países deberían apoyar a estas agencias para que recuperen el prestigio y la credibildad, para que entonces sí se preocupen por lo que digan.
De forma más general, Gurría ha afirmado que España no estuvo en el "epicentro" de la crisis, "porque estaba haciendo bien las cosas", con un sistema financiero "sólido y estable, bien supervisado y bien regulado" y con un superávit fiscal. A este respecto, ha destacado el "mérito, valor y coraje" del Gobierno, que con las medidas ha ido intentando combatir la crisis y que no le ha importado continuar adoptando más al ver que los signos no eran buenos, lo que tiene "un costo político muy grande".
Sobre el origen del deterioro económico -que "no es producto de un ciclo, sino un desastre; no es una evolución, sino una demolición", ha reseñado-, el secretario general de la OCDE ha asegurado que si hubiera habido más ética y menos ambición ilimitada "nos hubiera ido mejor". Además, ha subrayado que las "locomotoras" todavía están en el taller de reparaciones y ha añadido que si en Estados Unidos se observan ya "retoños verdes" es porque el "golpe" fue anterior que en Europa y porque el dinero empleado ha sido mayor, con cantidades "inmoderadas".
En este punto, ha analizado que las inyecciones a los bancos están estableciendo diferencias entre entidades. El problema, ha añadido, es que a los que hicieron bien el trabajo les cuesta más tener fondos, aunque ya los que recibieron ayudas se han dado cuenta "de que no es cómodo tener a los gobiernos ahí y algunos ya están devolviendo el dinero".
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