Un militar de EE UU mata en Irak a cinco compañeros
Cinco soldados estadounidenses murieron ayer y otros tres resultaron heridos en la base iraquí de Camp Liberty, cerca de Bagdad, después de que un compañero de filas abriera fuego contra ellos en una clínica donde reciben tratamiento las tropas que sufren estrés postraumático y otros problemas psicológicos causados por el combate, según reveló ayer el Departamento de Defensa de EE UU. Éste es el episodio más grave de muertes fuera de combate desde que comenzara la invasión de Irak en 2003.
El incidente ocurrió pasadas las dos de la tarde, hora local iraquí, en la que es la mayor base de la coalición en Irak, un complejo militar que alberga a decenas de miles de soldados cerca del aeropuerto internacional de Bagdad. El Pentágono ha decidido mantener en secreto la identidad del soldado en custodia y de las cinco víctimas hasta que finalice una investigación interna. El Ejército no confirmó ayer si los fallecidos estaban recibiendo tratamiento en la clínica o eran personal médico.
"Nos afecta negativamente a todos el hecho de perder a uno de los nuestros", dijo el portavoz de las fuerzas multinacionales en Irak, el coronel John Robinson, en un comunicado. "Nuestros corazones están con las familias y con los amigos de todos los miembros de servicio que se han visto afectados por esta terrible tragedia".
Aunque este tipo de ataques, ocasionados normalmente por trastornos psicológicos, eran muy comunes durante la guerra de Vietnam, son escasos y anómalos entre las tropas destinadas a Irak y Afganistán. El pasado mes de septiembre el sargento Joseph Bozicevich quedó bajo arresto acusado de matar a dos compañeros de batallón cerca de la localidad de Iskandariya.
Pena máxima
Los soldados acusados de asesinar a compañeros de filas se pueden enfrentar a la pena máxima. Así sucedió en 2005, cuando el sargento Hasan Akbar fue condenado a muerte por matar a dos soldados en 2003 en Kuwait, al principio de la guerra. La fiscalía acusó a Akbar de asesinato con premeditación por lanzar varias granadas y abrir fuego contra los demás soldados.
Abril ha sido el mes más sangriento en lo que va de año, con 355 iraquíes muertos en combate. El pasado 10 de abril, otros cinco soldados norteamericanos fallecieron a causa de un ataque suicida con un coche bomba en la ciudad de Mosul.
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