El Ejecutivo concreta mañana el alcance de la prevista reducción de altos cargos

La prometida reducción de altos cargos en el Gobierno tendrá su concreción mañana, tras la primera reunión del nuevo Ejecutivo de Patxi López. Será el propio lehendakari el encargado de transmitir los acuerdos que se adopten, uno de los cuales será el relativo al cumplimiento de esa promesa electoral de austeridad y adelgazamiento de los departamentos.

El equipo de López ha suprimido la Vicepresidencia y repartido sus funciones entre dos departamentos y la propia lehendakaritza. También ha ahorrado una consejería, por el mismo procedimiento de atribuir funciones a otros. Su condición de Gobierno monocolor, sin servidumbres a las reclamaciones y equilibrios a que obligaba el tripartito, han facilitado a López dichas actuaciones. El decreto de estructura, conocido el sábado, fija el de la austeridad como el criterio que deben seguir todos los consejeros a la hora de reglamentar sus respectivos departamentos.

Ares y Rubalcaba mantienen en Madrid una primera "toma de contacto"

De la reunión de mañana se espera ya una batería en cascada de nombramientos en los segundos y terceros niveles del Gabinete, el de las viceconsejerías y direcciones. López estaría a su término en posición de poder ofrecer una cifra precisa del número de ellas que desaparecen, y del ahorro presupuestario que suponga. El lehendakari tiene previsto concretar también su llamamiento a sindicatos y empresarios a una mesa de diálogo social.

Mientras, el consejero de Interior, Rodolfo Ares, mantuvo ayer una primera "toma de contacto" oficiosa con el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. Ambos se vieron durante una hora y media en un hotel de Madrid, aprovehcando que Ares se había desplazado a la capital para asistir al acto de arranque de la precampaña del PSOE para las elecciones europeas.

Ambos responsables del área de Interior en los dos gobiernos hablaron de las políticas de seguridad, de su colaboración en la lucha contra ETA y de las medidas de deslegitimación social de la banda y de sus apoyos civiles. Ares y Rubalcaba mantienían ya una relación fluida y constante desde antes del nombramiento del primero como consejero, que ahora se intensificará.