"El Athletic no resiste la globalización"

Xabier Aierdi va a disfrutar de la final de Copa del próximo miércoles como el que más. "Después de tres años de penalidades llega una alegría, pero la final de Copa no puede ser como el árbol que no deja ver el resto del bosque. El modelo Athletic, basado sólo en jugadores vascos, se ha terminado. No resiste la globalización". Así de tajante se muestra este profesor de Sociología de la Universidad del País Vasco (UPV), acérrimo hincha rojiblanco, quien entiende la final como un bálsamo en un momento tan complicado socialmente, con la crisis golpeando fuerte.

Pregunta. ¿Qué supone la final de Copa para el Athletic y para la ciudad 25 años después del último triunfo?

Respuesta. Pues es un alivio y una alegría después de tres años pasándolo mal. Es un respiradero que se abre y que indica que alguna vez se puede hacer una gesta de este tipo, pero la dinámica no va por ahí.

"No se pueden poner todas las señas de identidad en un equipo"

"Tiene que haber un equilibrio entre jugadores locales y extranjeros"

P. ¿Se refiere a que el modelo Athletic toca a su final?

R. El modelo Athletic ya se ha acabado.

P. ¿No puede resistir la globalización?

R. No resiste la globalización ni la europeización, porque desde la ley Bosman ya las está pasando moradas. El derecho de no retención de los jugadores y todas las normas de los últimos años van en contra de la filosofía del Athletic. Esa filosofía sólo tiene una parte recuperable y es algo que ya se observa en los grandes clubes: que exista un equilibrio entre el grupo de jugadores locales, con lo que puede darse una vinculación afectiva, y el refuerzo de extranjeros. Es lo que se observa en el Real Madrid con Raúl o en el Barcelona con cinco o seis jugadores que escenifican el apego por el club.

P. La Real Sociedad sucumbió al cambio de modelo

R. Todos sucumben. Bajan equipos con extranjeros, pero el resto se mantiene con extranjeros. Y hay ocho o nueve que se manejan muy bien con jugadores de fuera. Hay que buscar equilibrios, pero todo parte de una reflexión profunda.

P. El fútbol vasco no pinta muy bien.

R. Está hecho un desastre: la Real en Segunda, el Éibar y el Alavés a punto de bajar a Segunda B y el Osasuna y el Athletic pasándolo realmente mal en Primera. En el fondo no se puede pensar que son casualidades históricas. Euskadi tiene algo más de dos millones de personas, una población avejentada. No han llegado al fútbol aún las generaciones más bajas, de cuando sólo nacían 7.000 niños al año. Lo harán en 2013. Aún veremos una crisis más grande, porque la calidad sale de la cantidad. Y, hoy por hoy, la calidad sale de América y de África.

P. ¿Y qué dirigente le pone el cascabel a ese gato?

R. En el Athletic todo el mundo haría esta reflexión si no estuviera en el poder, pero cuando llegan a la presidencia nadie la quiere hacer. Creo que en el fondo somos una especie de pasajeros suicidas que van con mucha alegría en el avión sabiendo que no hay piloto. La final de Copa es como el árbol que no deja ver el resto del bosque. El Athletic es famoso porque ha sido un equipo ganador y campeón, no porque haya jugado sólo con vascos. Mi orientación es nacionalista, pero no tengo problemas de identidad. A mi el Athletic me da otra alegría y soy muy hincha, pero no se pueden poner todas las señas de identidad en un equipo de fútbol. Se imponen los cambios.

P. Hablando de cambios, hay un nuevo Gobierno vasco. ¿Cómo ve la etapa que se abre en Euskadi?

R. Algunos nombramientos de última hora me han gustado y habrá que ver lo que hay. El PSE va a tener que cambiar de registro, porque ha estado muy bien durante estos últimos años metiéndose con el supuesto nacionalismo excluyente y ahora va a tener que enfrentarse con el Gobierno central para defender el campo de juego. Ahora se dará cuenta de que con el mundo del euskera y en las políticas sociales no se van a poder hacer más cosas, porque se estaba haciendo relativamente bien. Jesús Eguiguren [el presidente del PSE] ya dijo que era muy difícil mejorar la política social del Gobierno anterior y realmente es así.

P. ¿Y qué le aguarda al PNV en la oposición?

R. Se va a recuperar pronto. En una legislatura estará en el poder. Se halla muy centrado. Los partidos de gobierno tienen una visión muy sensata. Buscará el equilibrio interno, algo que probablemente ya está conseguido en parte. Lo que tiene que tener claro es que le va a disputar la hegemonía a la izquierda abertzale, que va a ser compañera de viaje del PSE. La izquierda abertzale sólo tiene una posibilidad de volver a la política en las instituciones y es tras una negociación con los socialistas. El PNV, por lo tanto, deberá estar atento a un doble juego: no jugar a la división interna, y de cara al exterior debe estar alerta a la disputa de la hegemonía.