La espuela de la memoria

La obra de Francesc Torres goza de la virtud de espolear la memoria de quien la contempla. Quizás porque él mismo reivindica con sus instalaciones que los hechos de la historia, en este presente fugaz, no queden en el olvido. ¿Quién se acuerda de la "espectacular" primera guerra del Golfo, o de las consecuencias dramáticas de los que sufrieron la Guerra Civil española? Para los desmemoriados, surge la obra de Francesc Torres (Barcelona, 1948) comprometido desde la creación, como testigo de la infamia. El Artium de Vitoria presenta desde hoy la exposición Oscura es la habitación donde dormimos, que recoge sendos trabajos sobre los dos conflictos citados.

El maniqueísmo o la frivolidad visual pueden condicionar los asuntos que afronta Torres en su creación. Él mismo lo reconocía ayer. "Trato de hacer justicia, huyendo de realizar voyeurismo barato o un espectáculo de la tragedia". El respeto y la distancia emocional con la que afronta asuntos como aquella invasión de Irak o el desenterramiento de una fosa común confirman el trabajo de quien desde hace décadas se dedica a la exploración de la conciencia colectiva con sus instalaciones.

30 fotografías dan testimonio de la excavación de una fosa común

El Artium ha adquirido la obra 'Memorial' sobre la invasión de Irak

Daniel Castillejo, director del museo vitoriano, recordó ayer la exposición memorable que presentó en el Reina Sofía en 1991, cuando ya el artista catalán gozaba del reconocimiento a ambos lados del Atlántico. Para entonces, este creador formado en el París del 68, crecido en los Chicago y Nueva York y madurado en Berlín gozaba de reconocimiento internacional. De regreso a su Barcelona natal, desde 2002 mantiene su consideración de que los nuevos lenguajes creativos son inseparables de una mirada crítica a la realidad. De esta manera afrontó en 2004 la propuesta de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica para que testimoniara la excavación de una fosa común en Villamayor de los Montes (Burgos).

Allí, en 1936, un total de 46 hombres fueron ejecutados y sepultados por las milicias falangistas. Torres se aplicó en la tarea desde el respeto a los enterrados en el anonimato y a sus familiares vivos, como se comprueba en la exposición de estas 30 imágenes. "Estoy empeñado en ganar la guerra civil española, es decir, en evitar que se confunda a los que tenían la razón histórica con los que no; en no mezclar jamás a los inocentes con los verdugos". Las fotografías recogen la exhumación, la entrega de los restos a las familias y el entierro en el cementerio del pueblo.

Memorial es una mirada rigurosa, sin contemplaciones, a la primera guerra del Golfo. Esta instalación, adquirida por el Artium, presenta en lo que sería el salón de una casa un conjunto de fusiles clavados, con gorros de civiles en lugar de cascos, en su culata. A un lado una televisión que emite nieve, efecto visual del primer instante de los bombardeos en el que fue el primer conflicto televisado; al otro, la imagen de un pozo de petróleo ardiendo. Todo, ambientado en una oscuridad que recuerda la claridad con la que se transmitió el conflicto.