Feijóo denuncia "un agujero" de 600 millones en los ingresos de la Xunta

Debió de ser una sorpresa relativa puesto que el propio Alberto Núñez Feijóo lleva seis meses denunciando que los presupuestos del bipartito partieron de cálculos erróneos. El primer informe que la conselleira de Facenda, Marta Fernández Currás, interventora general durante los dos primeros años del anterior Gobierno, presentó ayer en el Consello de la Xunta ha puesto cifras a ese desfase presupuestario. En palabras del presidente, "un preocupante agujero de 600 millones de euros en los ingresos". La cuenta sale de sumar 235 millones que, según el equipo económico de Feijóo, ya no llegarán a las arcas públicas vía impuestos y 355 millones más que el Estado "no tiene ninguna intención de transferir", en concepto de anticipos a cuenta.

Todas las autonomías se encuentran en una situación parecida

"Son 100.000 millones de pesetas menos", subrayó el jefe del Ejecutivo, quien se mostró además seguro de que se trata de un balance provisional que todavía puede empeorar. "Por la evolución de la economía y los fondos europeos que suponen el 10% de los ingresos de la Xunta". Y también, porque, después de cotejar con algunos conselleiros las cuentas de cada departamento, Feijóo sospecha que hay mucho gasto sin presupuestar.

El presidente apeló, en todo caso, a la "prudencia" para no detallar los "posibles desajustes" que analizará un segundo informe. Sí comprometió que su Gobierno contará siempre "la verdad". Ayer empezó por corregir la previsión de crecimiento de la economía, cifrada en un 1,39% del PIB por el bipartito. El nuevo cálculo del Instituto Galego de Estadística prevé que la economía gallega retrocederá un 2,5%. "Una diferencia de cuatro puntos sobre lo previsto que nos obliga a reajustar todos los presupuestos", se quejó el presidente. Feijóo también criticó la previsión de sus antecesores que pronosticaba un mantenimiento del empleo, ya que en el primer cuatrimestre, hay 20.759 parados más y 11.302 bajas en la Seguridad Social.

La respuesta llegó en un comunicado del PSdeG que firma la diputada y ex conselleira María José Caride, quien recordó que, a diferencia de lo que pasó hace cuatro años, el bipartito no dejó "facturas en el cajón por 326 millones en Sanidad". La parlamentaria invitó a los populares a buscar salidas frente a la crisis "para los 85.000 gallegos que agotaron la prestación por desempleo" y no sólo "excusas" que persiguen incumplir su programa electoral.

De momento, Feijóo se da de plazo hasta el verano para recomponer las cuentas. Entretanto, ya ha dado órdenes a la Consellería de Facenda para que coordine un nuevo plan de austeridad que en ningún caso servirá para compensar la pérdida de ingresos de 600 millones. El presidente de la Xunta -que ya dejó sin fecha hace dos semanas su rebaja fiscal en el IRPF prometida para este año- evitó explicar si la nueva coyuntura podría llevarse por delante proyectos estratégicos. Pidió tiempo para analizarlo y en todo caso garantizó que su gabinete "preservará y respetará" el gasto social en educación, sanidad y atención a la dependencia. Ayer mismo, aprobó su oferta pública de empleo, 753 plazas en los cuerpos de profesores e inspectores en la Consellería de Educación.

El Ejecutivo autónomo habla de un "agujero" que ni siquiera se ha producido, según economistas consultados por este diario. Interpreta que la caída de la actividad económica provocará un desajuste entre los ingresos previstos y los reales. Y culpa al anterior Gobierno por no haber sabido adelantarse a las circunstancias.

Sin embargo, a la hora de confeccionar las cuentas, las comunidades autónomas no utilizan sus servicios estadísticos para estimar la recaudación de IVA, IRPF e Impuestos Especiales, sino que se fijan en los avances que les proporciona el Gobierno central. Para aproximarse a la recaudación, el Ministerio de Economía también autoriza a que las comunidades ingresen anticipos a cuenta de la liquidación de los tributos cedidos y del fondo de suficiencia y todas ellas, sin excepción, los han solicitado. Es decir, todas las autonomías se encuentran en una situación parecida: sus previsiones de ingresos son mayores que las reales y tendrán que hacer cambios.