Comsa y Emte se unen para formar la octava constructora española

La época de tormentas puede resultar al cabo buena para hacer mudanzas. La constructora Comsa, de la familia catalana Miarnau, y el grupo de ingeniería e infraestructuras Emte, de los Sumarroca, anunciaron ayer un acuerdo para fusionarse y crear la que será la octava compañía del sector -la segunda no cotizada en Bolsa- en un momento en que la dureza de la crisis está desgarrando planes, inversiones e ingresos de las empresas. Ambos socios recalcaron ayer que no se trata de una fusión defensiva, sino de una alianza que les refuerza para alcanzar "un mayor tamaño que nos permita competir en España y el extranjero en proyectos de amyor dimensión", en palabras de Jorge Miranau, que será el presidente de la nueva Comsa-Emte.

El tamaño, la dimensión, es un dilema constante en el ser o no ser de la empresa familiar catalana, de tradición patrimonialista y poco dada a alianzas como la anunciada ayer, entre dos sagas empresariales de cierta solera.

El presidente del Círculo de Economía, Salvador Alemany, volvió a la carga hace poco sobre el tema: "Éste es un momento de fusiones, es el momento de configurar precios y utilizar el margen de endeudamiento para consolidar posiciones", dijo en un encuentro entre empresarios en IESE. Ejemplos pasados son la fusión de las farmacéuticas Almirall con Prodesfarma y procesos de expansión como los del grupo Puig (al golpe de compras como Myrurgia a los Monegal) o Agrolimen.

La criatura resultante de la boda entre Comsa-Emte contará con una plantilla total de 8.600 trabajadores y un volumen de negocio de 2.200 millones de euros. Estará participada en el 70% por los actuales accionistas de Comsa y en el 30% restante por los actuales socios de Emte (grupo Sumarroca, Banco Sabadell y Caja Madrid), aunque prevén un reparto, en un plazo máximo de cinco años, del 60% para Comsa y del 40% para Emte. Estará presente en España y en otros 12 países (Chile, Argentina, Brasil, México, Argelia, Portugal, Francia, Andorra, Finlandia, Polonia, Rumanía y Australia).

El nuevo grupo contará con cuatro áreas de negocio: infraestructuras; ingeniería y sistemas; medio ambiente, servicios y logística, y concesiones y energías renovables. Jorge Miarnau y Carles Sumarroca asumirán, respectivamente, la presidencia y vicepresidencia ejecutiva.

Para Josep Tapias, titular de la cátedra de empresa familiar de IESE, "es bastante mito que la empresa familiar catalana tiene un problema de tamaño. El paradigma de que una empresa debe estar siempre creciendo puede ser bueno para unas y para otras no".