¿Rebelión en la granja?
En la novela de G. Orwell Rebelión en la granja, los cerdos, tras constituirse en casta dominante en el gremio de los animales que se habían sublevado contra sus dueños humanos de la granja, terminaron traicionando a éstos, encabezados por su jefe-cerdo Napoleón e infectados por el virus humano de la explotación y la desigualdad como sistema que antes habían combatido. Del "¡cuatro patas sí, dos pies no!", se habían levantado sobre dos pies asimilándose con los antiguos explotadores de su pocilga. Esos cerdos habitaban en la Granja Manor.
A ocho kilómetros del Estado mexicano de Veracruz, en California, se encuentra la empresa Granjas Carroll, un criadero de cerdos que, cuando sopla el viento del Norte, trae olores insufribles, sostienen desde el Ayuntamiento de Veracruz. Esos cerdos y otros muchos han adquirido la capacidad para hacer enfermar humanos, que a su vez se infectan mutuamente, y la amenaza es la pandemia o epidemia global.
Parecería que, como en la Granja Manor, se han rebelado contra las infames condiciones de explotación a que les sometía el hombre y reclaman su parte de protagonismo en el actual marasmo de esta crisis global, económica y financiera que hace bandera de la obtención del beneficio privado, a costa de la inmensa mayoría de la población.
De momento, las empresas farmacéuticas fabricantes de antivirales comienzan a atisbar una salida a la crisis. Sus acciones cotizan al alza: la prioridad es la obtención del beneficio. ¿Es la solución a la crisis? Los animales de la Granja Manor se rebelaron contra el sistema y fueron traicionados. Los cerdos de las Granjas Carroll, ¿habrán aprendido la lección? ¿Y los humanos.
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