Del tamaño de un garbanzo

El 17 de septiembre de 2006, tres vehículos estacionaron delante del número 15 del Camino del Naranjo, en Pechina (Almería). Se bajaron varias personas, entraron en la finca, luego se escucharon varios disparos. Sobre las ocho de la tarde se descubrió allí el cadáver del empresario italiano Giuseppe d'Amico, semiatado y con cinco impactos de bala. Tenía fracturado el tobillo derecho y las rodillas destrozadas.

Hace unos días, durante una operación contra una trama de blanqueo de capitales obtenidos en la explotación de mujeres en prostíbulos de Almería, la policía encontró la pistola con la que se disparó contra d'Amico. Se hallaba escondida, junto a otra, en los filtros del jacuzzi de un departamento secreto construido por el dueño de la casa, José el Francés. Ambas son del calibre 9 corto, y aparecieron con sus silenciadores y la numeración borrada. Los integrantes del Grupo Operativo de Intervenciones Técnicas utilizaron, para llegar a los filtros del jacuzzi donde se encontraban las armas, una cámara del tamaño de un garbanzo.

D'Amico tenía, cuando fue asesinado, antecedentes penales por tráfico de drogas y tenencia ilícita de armas. Era dueño de un par de locales de copas, y antes abrió (con polémica) una discoteca en Roquetas de Mar y estuvo vinculado al tráfico clandestino de coral para la camorra napolitana. En 1990 la policía paró el coche en el que viajaba con otros cuatro tipos: iban armados hasta los dientes. D'Amico estuvo relacionado con el empresario de cines Juan Asensio. A éste lo mataron a tiros en Almería en 2004 en el portal de su casa, y su hijo liquidó meses después a uno de los guardaespaldas de su padre como venganza.

Han sido muchos los westerns que se han rodado en el desierto de Almería. Las aparatosas cámaras han sido hoy sustituidas por miniaturas del tamaño de un garbanzo. No filman películas, sirven para perseguir a criminales. La otra pistola encontrada en el jacuzzi de José el Francés parece que fue la que mató a Asensio. La policía está en ello: tienen dos vainas percutidas con cuatro estrías para aclarar el misterio. Es el mundo en que vivimos: alta sofisticación tecnológica para combatir las viejas y sórdidas maneras de los mafiosos. Continuará.