El museo viajero
Un libro recoge los 75 años del Museo de Arte Decorativas de Barcelona
El Museo de Artes Decorativas es un museo viajero. Desde su creación, en 1932, ha cambiado de sede en tres ocasiones, y en 2011, cuando se inaugure el Disseny Hub Barcelona (Dhub), volverá a mudarse a la plaza de las Glòries, donde espera quedarse muchos años. Paralelamente a sus cambios de ubicación, en sus 75 años de existencia el museo ha ganado y perdido colecciones, y ha cambiado de discurso museográfico en función del espacio y de las piezas disponibles.
Josep Capsir, conservador del centro desde el año 1994, conoce de primera mano la historia, las vicisitudes y las anécdotas de este museo. Él ha escrito El museu de les Arts Decoratives de Barcelona 1932-2007, volumen que pone orden a la larga y convulsa historia de este centro barcelonés.
Capsir ofrece una mirada retrospectiva por tres periodos relevantes de la historia del museo y los hechos más destacados, las exposiciones temporales, las actividades y las sucesivas incorporaciones de colecciones. Se remonta a los antecedentes y la primera apertura al público, en 1932, en el Palau de Pedralbes, de la mano de su impulsor, Joaquim Folch i Torras, un periodo que concluye con el traslado de las colecciones a los almacenes creados en Olot para proteger las obras durante la Guerra Civil. El segundo comienza en 1949 -tras permanecer las colecciones del museo 10 años almacenadas en el Palau Nacional-, cuando el museo reabrió sus puertas en una nueva sede, el Palau de la Virreina. A partir de ese momento, una parte de su colección es segregada para crear nuevos museos monográficos: el de cerámica, el de carruajes y el formado con la colección Rocamora de indumentaria, que ahora ha regresado al Museo de Artes Decorativas tras la decisión de la Administración de cambiar el concepto museográfico del centro, lo que ha originado polémica.
El tercer periodo, después de 36 años, coincide con el regreso a su sede original, el Palau de Pedralbes. El viaje de retorno se inició en 1994 con la inauguración de una exposición que explicaba la nueva museografía, en la que destacaba una nueva colección formada con piezas de diseño industrial de las últimas décadas del siglo XX.
Dentro de dos años el Museo de las Artes Decorativas volverá a hacer las maletas para trasladarse al Dhub. ¿El último viaje? "Éste es un museo que se ha hecho grande con el tiempo y todavía tiene mucho que decir", afirma Teresa Sala, profesora de Historia del Arte de la Universidad de Barcelona. Y reclama que las artes decorativas tengan una ubicación idónea en el nuevo centro de la plaza de las Glòries y en el imaginario colectivo.
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