El hombre multifacético
Narrativa. Con Algo que contarte Hanif Kureishi alcanza un grado tan eficiente de su arte narrativo que engarza tramas y personajes, historias pasadas y presentes, relaciones y rupturas en un abigarrado mosaico que parece contenerlo todo. Sin embargo, en su prolijidad halla su propia reconvención. Pues se diría una novela que padece la misma falta de anclaje que sus personajes, lo que tal vez sea un valor. Contada por Jamal Khan, hijo de inglesa y paquistaní, psicoanalista y escritor, separado y con hijos adolescentes, vive a la sombra de un asesinato accidental, un secreto que, aunque no lo hace culpable, le predispone a una comprensión escéptica de sus pacientes. Se trata de una información, claro está, que nadie debe conocer: "No sería bueno para el negocio", dice. Jamal es un narrador interesado en saber qué son los placeres y quién puede garantizarlos. Escribe al empezar a tener la sensación "de estar en medio de algo que nunca sería capaz de entender", es decir, que el amor conduzca al desastre. Pero aún resulta más incomprensible para él, frente a la atonía de su vida, comprobar que el deseo puede florecer transgrediendo la decadencia física y proyectarse gozosamente en la relación más imprevisible. Su mejor amigo, Henry, hombre de teatro, a punto de entrar en la vejez, se recupera de su crisis nihilista al enamorarse de Miriam, hermana de Jamal, cuya existencia, con cinco hijos de diferentes padres, es esencialmente caótica. Esa relación, supuestamente improbable, tiene sobre el psicoanalista el efecto de hacerle revivir su trayectoria sentimental, en un intento de averiguar la responsabilidad personal y la influencia de los modelos imperantes de comportamiento de los últimos treinta años en Londres, cuya mezcla de moralidad asiática y occidental lleva a los personajes a la inseguridad emocional.
Algo que contarte
Hanif Kureishi
Traducción de F. González Corugedo
Anagrama. Barcelona, 2009
496 páginas. 21,50 euros
Con estos presupuestos, la novela ya prometía mucho, pero Kureishi la complica hasta extremos extraordinarios, la convierte en una panorámica del mundo actual, en un tortuoso tratado sobre las correspondencias amorosas, los errores y la deriva sentimental. Más que por la voluntad o por el deseo, los personajes se guían por una suerte de azar impetuoso que les incapacita para sentirse dueños de sus propios proyectos vitales. Son memorables las páginas que Jamal dedica a describir la profesión psicoanalista, emparentándola con la prostitución (ambos negocios se sostienen por la "intimidad con extraños"), pero resalta aún más esa tupida red de araña en que todos quedan atrapados por las múltiples relaciones que dejan sus vidas en una perplejidad constante, aunque dispuestos otra vez a comenzar, repitiendo nuevamente una forma de vivir en la que se sienten "encantados de malinterpretarnos mutuamente".
De ahí que lo más portentoso de esta crónica sea la irónica lucidez con que el narrador afronta la falta de individualidad a que nos aboca la cambiante realidad. A lo largo de sus casi 500 páginas, Jamal exhibe tal diversidad de actitudes y comportamientos: intelectual socialmente eficiente, impulsivo sexual, padre cómplice, apático desinteresado, que, en función de cada una de esas máscaras, la rememoración que va haciendo de sus rupturas amorosas adquieren una perspectiva variable e inconstante, como si siempre se estuviera reservando un secreto. Al lector, por tanto, se le puede aplicar la misma perplejidad que Jamal asume con sus pacientes: "Pronto aprendí que lo de escuchar a otra persona era casi la tarea más difícil que se podía intentar".
Probablemente Kureishi ha sido consciente de la arrolladora masa de información -expuesta, por lo demás, en un presente circular que concentra, en un mismo nivel psicológico, las viejas emociones y las revanchas del deseo- y en esa atmósfera de comedia de la vida ha añadido la línea roja del asesinato que deriva la narración, con su correspondiente amenaza de extorsión, al género policiaco, en una trama de la que conocemos al culpable, pero de la que no se nos da la necesaria restitución del orden. Jamal se pregunta: "¿Merece la pena vivir? ¿Merecen la pena las dificultades, el sufrimiento?". Con cada una de sus mujeres, Ajita, Karen, Josephine, la prostituta a la que llama Diosa, se siente alternativamente reconocido e incapaz de involucrarse, y lo que perdura es la sensación común de que "nadie entendía nada" y que el psicoanálisis, como la novela, es el único medio de oír al extraño que vive dentro de nosotros.
En catalán. Una cosa per explicar-vos. Hanif Kureishi Traducción de Francesc Rovira. Empúries. Barcelona, 2009. 528 páginas. 21,50 euros
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