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Trafalgar no quiere molinos

Chipiona se postula para heredar los planes eólicos rechazados por sus vecinos

No se han retirado las pancartas. Los lemas siguen frescos en la memoria. Y los discursos políticos tampoco han cambiado. En Vejer, Barbate y Conil, los tres municipios más próximos al cabo Trafalgar, no quieren oír ni hablar de molinos de viento en su costa. Los Ministerios de Industria y de Medio Ambiente insisten en su último mapa eólico marino en incluir esta zona del litoral gaditano como un lugar susceptible de ubicar aerogeneradores. Pero sus alcaldes, sus pescadores o sus empresarios se resisten. A sólo medio centenar de kilómetros, en Chipiona, hasta el Ayuntamiento ha decidido involucrarse en una empresa mixta para quedarse con esos molinos que no quieren las localidades vecinas.

"Donde no haya consenso, no habrá generadores", sostiene el PSOE
Los ecologistas dicen que los parques eólicos marinos son necesarios

Frente a la costa de Trafalgar persisten cinco proyectos de parques eólicos marinos, aunque todos coinciden en que, en caso de terminar construyéndose, sólo se mantendrá uno. El más avanzado es el conocido como Mar de Trafalgar, que ahora impulsan Acciona y varias pequeñas empresas. Su promotor, César del Campo, ha insistido estos días en que España se está quedando atrás de otros países europeos para cumplir las directivas europeas que exigen el impulso de energías renovables antes de 2020. A su juicio, la eólica marina es la única salida. Pero es pesimista. "Tal y como está avanzando la normativa no veremos un molino en el mar antes de ocho años y eso es muy tarde", lamenta.

Del Campo tiene en contra a los alcaldes de Vejer, Barbate y Conil (los dos primeros del PSOE, y el tercero de IU). Rechazan los parques porque nunca han creído en su poder para generar empleo en sus ciudades. Todo lo contrario. "Perjudican a los pescadores y al turismo", insiste el regidor de Vejer, Antonio Jesús Verdú. Los tres alcaldes están convencidos de que el faro de Trafalgar nunca verá molinos. Tenían el compromiso del anterior presidente de la Junta, Manuel Chaves, de que no se instalaría ni un solo aerogenerador en el mar si no había consenso social. Una promesa que esperan que no tarde en repetir su sucesor, José Antonio Griñán.

De momento, el PSOE ha llamado a sus alcaldes a la tranquilidad. "No habrá molinos allí donde no haya consenso", repitió el secretario socialista de Medio Marino en Cádiz, Nicolás Fernández. Pero a esta frase repetida los dirigentes socialistas han tenido que engarzar un añadido. "Apoyamos los proyectos allí donde sí lo haya".

Otro alcalde del PSOE, el de Chipiona, Manuel García, ha forzado esta nueva frase. García ha sido el promotor de que el Consistorio chipionero se sume a una sociedad mixta para impulsar un parque eólico marino frente a la costa de esta localidad. En este proyecto también participan el grupo Magtel y la Universidad de Cádiz. El alcalde rebate todos los argumentos utilizados por sus compañeros. "Hay impacto visual cero, no daña al turismo, puede llegar a crear 2.000 empleos y es una apuesta por las energías limpias", explica para defender los molinos en el mar.

Los ecologistas lamentan también el tiempo perdido y defienden que los parques eólicos marinos son necesarios, siempre que en su construcción se tomen las medidas proteccionistas correspondientes. "Creemos que los ayuntamientos deben tener altura de miras para valorar las ventajas de esta energía", opina Daniel López, portavoz de Ecologistas en Acción. Daniel López, César del Campo y algunos alcaldes participaron hace más de cuatro años en la iniciativa de la Diputación de impulsar un foro de debate con todos los agentes implicados. Ese inusual esfuerzo por aunar posturas no surtió efecto. De hecho, tampoco parece que vayan a prosperar las recomendaciones que incluyeron las conclusiones aprobadas como la de instalar miniparques eólicos a modo de ensayo.

Con el mapa eólico marino sobre la mesa, Trafalgar y Chipiona pueden acoger molinos, ya que son zonas pintadas de amarillo. Se pueden instalar aerogeneradores pero deberán cumplir una serie de condicionamientos. Eso sí, se preserva la zona más cercana a las playas gaditanas. No se podrá instalar ningún parque a menos de ocho kilómetros de la costa de Cádiz.

El siguiente paso que debe dar el Gobierno es sacar a concurso las zonas donde se han presentado proyectos. Entonces las empresas energéticas podrán ofrecer las condiciones y detalles de sus parques eólicos marinos. Los alcaldes de la costa de Trafalgar y los miembros de una plataforma creada para rechazar los parques están preparados para la batalla. Chipiona aspira a llevarse los beneficios de esa guerra de molinos.

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