El PP se divide por la construcción de la pasarela que unirá Moratalaz y Retiro
No hay vuelta atrás. La pasarela que unirá el barrio de la Estrella (Retiro, 24.528 habitantes) con el de Media Legua (Moratalaz, 20.190 habitantes) por encima de la M-30 se construirá. Aunque a los vecinos de Retiro no les guste. Aunque boicoteen el pleno del distrito para pedir que no se haga. Aunque el secretario electoral del PP de Retiro mande una carta a la concejal de Obras, Paz González, pidiéndole que dé marcha atrás.
Porque ese es el enfrentamiento real que hay ahora. El PSOE ha retirado su petición de que no se construya la pasarela y es el propio PP del distrito el que maniobra para tirar atrás una decisión tomada por la corporación del alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón.
Pero nada. El Ayuntamiento considera que es una obra que unirá barrios y que es completamente necesaria, aunque haya otra pasarela a menos de 300 metros. Que por cierto, nunca despertó ninguna polémica de corte social, como la que subyace en esta polémica.
La plataforma de vecinos creada contra la pasarela argumenta justo eso, que ya existe otra, y que la Estrella tiene necesidades más importantes en las que invertir los cerca de dos millones que costará el paso. La lista es larga: un ambulatorio, un centro de mayores, una biblioteca, más escuelas infantiles... Cualquier equipamiento antes de un nuevo puente que da a parar al Ruedo, un edificio de casas sociales donde fueron realojados hace casi 20 años los habitantes de un asentamiento chabolista, y al centro comercial situado al otro lado de la M-30. Pero existen otro tipo de argumentos que provocaron que el PSOE retirara del pleno de distrito del martes una propuesta contra la pasarela. Muchos vecinos rechazan el nuevo puente "por los gitanos y la droga". No quieren que los habitantes más conflictivos del Ruedo tengan un paso fácil al parque de Roma. Los socialistas pactaron con IU y PP retirar su proposición. "No queremos que se use con intereses segregacionistas", señalaba Ángeles Álvarez, edil del PSOE en Retiro.
A cambio pedían una reunión entre políticos y vecinos de ambos lados de la circunvalación para decidir si querían el puente. No hay tiempo para encuentros. Las obras siguen su curso y el Ayuntamiento no piensa dar marcha atrás.
