El Bigotes declaró al fisco 121.000 euros en ropa regalada a cargos del PP
Orange Market ingresó 10 millones en cinco años, según la Agencia Tributaria
Álvaro Pérez, conocido como El Bigotes, amigo del presidente valenciano, Francisco Camps, al que regalaba trajes y otros objetos de alto valor, según la investigación policial, declaró a la Hacienda Pública entre 2003 y 2007 (los ejercicios de los que se tienen datos hasta el momento) que su empresa, Orange Market, había comprado a la tienda Milano ropa por valor de 121.683 euros.
Parte de esta ropa, según varios testimonios y numerosa documentación que consta en el sumario del caso, fue a parar a dirigentes del PP en la Comunidad Valenciana situados en puestos clave: al presidente Camps, que supuestamente devolvió los trajes de Milano pero no así los que le hicieron en otra tienda de Madrid llamada Forever Young; a un antiguo vicepresidente, Víctor Campos; al secretario general del PP y portavoz parlamentario, Ricardo Costa; y a un alto responsable en la Consejería de Turismo, Rafael Betoret.
Entre 2003 y 2007, su empresa compró en Milano ropa por 121.683 euros
Además de Camps, recibieron trajes otros altos dirigentes valencianos
La Agencia Tributaria ha elaborado varios informes solicitados por el juez Garzón sobre los movimientos de algunas sociedades que formaban parte de la trama corrupta vinculada al PP. La red de sociedades en las que trabajaba Álvaro Pérez -dirigidas por Francisco Correa, testigo en la boda de la hija de José María Aznar con Alejandro Agag y que se halla en prisión por orden de Garzón- facturó durante los 10 últimos años decenas de millones de euros no sólo por el montaje de actos del PP sino por cientos de contratos públicos que logró de Administraciones donde gobernaba este mismo partido.
La trama corrupta hizo sus grandes negocios en la Comunidad Valenciana (tras la marcha de Eduardo Zaplana y durante la presidencia de Francisco Camps), en la Comunidad de Madrid (tras la llegada de Esperanza Aguirre, que sustituyó a Alberto Ruiz-Gallardón) y en al menos cinco medianos municipios madrileños (Arganda del Rey, Boadilla del Monte, Las Rozas, Majadahonda y Pozuelo de Alarcón), todos ellos gobernados por alcaldes populares con mayoría absoluta.
El regalo de trajes a políticos que gobernaban en instituciones donde la trama corrupta lograba con facilidad contratos no fue sólo una práctica habitual de Orange Market, la empresa que Álvaro Pérez dirigía en la Comunidad Valenciana. También Easy Concept, otra sociedad de la red de Correa, pagaba trajes a alcaldes y concejales de los municipios madrileños donde había contratos y negocios en juego.
Según distintas resoluciones dictadas por Garzón antes de inhibirse de esta investigación, Isabel Jordán, directiva de Easy Concept, ha confesado que gastó casi 3.000 euros en Milano para regalar varios trajes al ex alcalde de Boadilla del Monte, Arturo González Panero. La propia Jordán admitía, en una conversación grabada por el ex concejal del PP de que denunció a la trama, que desde Easy Concept se habían pagado 30.000 euros a Milano para trajes de Camps.
En la contabilidad de esta empresa registrada en la Agencia Tributaria figura este desembolso, aunque la investigación descubrió que Camps había devuelto los trajes de Milano porque no le gustó cómo le quedaban. Posteriormente, Álvaro Pérez siguió regalándole trajes de otra tienda de ropa, Forever Young, a la que fue a parar el director de la tienda de Milano.
Algunos empleados de la tienda Milano aseguraron a sus superiores a través de correos electrónicos, siempre según la investigación policial, que muchos de los pedidos que hacía Álvaro Pérez para "uniformes a cargos del PP", en relación al regalo de trajes, eran facturados como mantelerías, cristalerías o metros de tela, mercancías que no vendía ese establecimiento. Con este procedimiento, los empresarios de la trama corrupta hacían pasar sus regalos a políticos como compra de mercancía necesaria para su actividad. Eso les permitía aumentar su capítulo de gastos y reducir el pago de impuestos a la Hacienda Pública. La Abogacía del Estado está a la espera de un informe que ha solicitado a la Agencia Tributaria para decidir si, por grave perjuicio al Estado, se persona en la causa contra la trama corrupta vinculada al PP.
Según la información tributaria que consta en el sumario remitido al Tribunal Superior de Valencia, Orange Market, la empresa que Álvaro Pérez montó en la región mediterránea, pasó de facturar 88.000 euros en 2003 a más de tres millones de euros en 2007. Los clientes principales de la empresa, según su historial fiscal, siempre fueron los mismos: la Agencia Valenciana de Turismo, la Generalitat valenciana y el Partido Popular. En 2005, por ejemplo, de los 2,77 millones de euros declarados como ingresos por Orange Market, casi 2,4 pertenecían al Gobierno valenciano (1,57 millones de la Agencia Valenciana de Turismo y 103.000 euros de la Generalitat), y al PP de la comunidad autónoma (712.322 euros), ambos presididos por Camps.
La información de la Agencia Tributaria no incluye el ejercicio fiscal de 2008, ni los contratos conseguidos por Orange Market para 2009, antes de que el juez Garzón desarticulara la trama corrupta y encerrara en prisión a tres de sus principales directivos. Con la suma de todos estos conceptos, la empresa de Álvaro Pérez habría facturado en apenas cinco años de ejercicio más de 10 millones de euros.
En una de las últimas conversaciones que Pérez mantuvo con Francisco Camps antes de ser imputado por Garzón dentro de la trama corrupta, el jefe de Orange Market manifiesta al presidente valenciano su cariño y lealtad y le envía varios regalos con un tarjetón. Pérez le explica a Camps las razones de estos "detallitos", como llama a los regalos: "Para que sepas lo que te debo". El presidente valenciano se niega desde hace semanas a explicar sus relaciones con Álvaro Pérez, al que se dirige en las conversaciones grabadas por la policía como "amiguito del alma". La única versión que existe en el sumario, aparte de esas grabaciones, sobre esa amistad la aporta José Tomás, sastre de Francisco Camps. Tomás aseguró a la policía y al juez que habló por teléfono con Camps y que éste le dijo que Álvaro Pérez era amigo suyo y que era un bocazas.
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