La ciudad trasnocha con las letras
La Noche de los Libros empezó de día. Desde el discurso de Juan Marsé, al recoger el premio Cervantes, a la Feria del Libro Antiguo. La palabra escrita conquistó las calles y abrió de par en par y hasta la madrugada 200 librerías, con 400 creadores en escenarios al aire libre y bajo techo: poetas, cantantes, escritores que firmaban, actores que recitaban versos... La Gran Vía, al anochecer, parecía el Sena, con los libreros a un lado y otro del río. Si hubiera habido barcas podrían haberse amarrado en las grandes columnas de los libros de Steig Larsson, el periodista sueco que dio fe de los hombres que no amaban a las mujeres, en su trilogía Millenium, indiscutible número uno de ventas. Hubo libros, muchos, pero en la versión madrileña de Sant Jordi no se repartieron rosas.