Maurice Druon, premio Goncourt en 1948
Su obra magna fue la novela histórica 'Los reyes malditos'
Lo bueno que tiene la derecha francesa, la que ahora encarna Nicolas Sarkozy, es que si rascas un poco encuentras el antifascismo. Es el caso del escritor, académico y político Maurice Druon, fallecido el 14 de abril, a los 91 años, y cuyo obituario en Liberation ha sido genialmente titulado por Laurent Joffrin de esta manera: 'Viejo reaccionario, joven resistente'.
En efecto, el Druon misógino, conservador y chauvinista de las últimas décadas se había enfrentado como un valiente en 1940 a las tropas del III Reich y luego, una vez consumada la derrota de Francia, se había negado a plegarse a Hitler y su lacayo Petain, para escaparse a Londres y sumarse allí a la Francia libre del general De Gaulle.
Fue secretario perpetuo de la Academia Francesa entre 1985 y 1999
Se opuso a toda reforma ortográfica o gramatical de la lengua
O sea, Druon, más conocido como el secretario perpetuo de la Academie Française que se oponía a cualquier reforma ortográfica o gramatical de la lengua de Moliére y a la entrada de mujeres en esa institución, supo demostrar buenas dosis de panache en su juventud, siendo ésa una palabra intraducible a cualquier otra lengua y que implica tanto valentía como modales teatrales, los atributos de Cyrano de Bergerac.
Tuvo una vida novelesca y burguesa, en suma, muy francesa. Su padre biológico fue Lazare Kessel, un actor de la Comedie-Française de ascendencia judeo-rusa que se suicidó de un disparo en el corazón. Su madre se casó luego con un notario, René Druon, que educó y dio el apellido al pequeño Maurice. Éste, según contó en su autobiografía, no conocería la historia completa de sus orígenes hasta los 18 años.
Tras una infancia y adolescencia provincianas y acomodadas en Normandía, se instaló en París en los años treinta para estudiar Letras y Ciencias Políticas. Allí, a través de su tío Joseph Kessel, conoció a Antoine de Saint-Exupéry y otros maestros del panache.
Y con esa actitud, iniciada la II Guerra Mundial, Druon participó como cadete de caballería en un heroico, y fracasado, combate contra la Wehrmacht. Derrotada Francia, se escapó a Londres, donde trabajó con Joseph Kessel en el programa gaullista de la BBC Honor y patria. Juntos, tío y sobrino escribieron el texto del Chant de partisans, que se convertiría en el himno de los movimientos de resistencia al fascismo.
Al término del conflicto, Druon regresó a París y se consagró a la literatura. Fue de éxito en éxito: consiguió en 1948 el premio Goncourt con la novela Les grandes familles, ingresó en la Academie Française y publicó su obra magna, Les rois maudits (Los reyes malditos, Arauxo), seis tomos de novela histórica ambientada en las cortes de Francia e Inglaterra en vísperas de la Guerra de los Cien Años. Gaullista histórico, Druon fue ministro de Cultura en 1973-1974, bajo la presidencia de Pompidou.
Sus enfrentamientos con los intelectuales, escritores, actores y directores progresistas fueron sonados. Una frase suya pasó a la historia francesa: "La gente que viene a este ministerio con una escudilla en una mano y un cóctel molotov en la otra, tendrá que escoger". La indignación fue tan grande que, el 13 de mayo de 1973, el mundo de la cultura se manifestó en su contra en las calles de París. El ex resistente no supo estar a la altura de sus predecesores gaullistas en el cargo, André Malraux y Jacques Duhamel.
Destituido tras la victoria electoral de Giscard d'Estaing, Druon se dedicó al mundo académico. Secretario perpetuo de la Academie Française entre 1985 y 1999, se hizo célebre por su resistencia a las reformas de la lengua y la introducción de neologismos, y por su oposición a la entrada de mujeres en esa institución. Sin éxito, al menos, en lo último: no pudo impedir la incorporación de Marguerite Yourcenar. "Algunos", ha escrito Joffrin, "cometen errores de juventud; él cometió sobre todo errores de vejez. Y esto merece indulgencia".
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