El turismo valenciano pierde el 29% de los visitantes extranjeros

Los informes estadísticos son como un puzle, hace falta reunir varias piezas para hacerse una idea general. Ayer se presentaron dos. El primero, elaborado por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, señalaba que la llegada de turistas internacionales a la Comunidad Valenciana cayó un 28,9% en el primer trimestre del año. Fue el territorio donde más cayó, casi el doble que la media española. 300.000, del algo más de un millón de visitantes que vinieron hace un año, se esfumaron.

El segundo dato lo facilitó el lobby turístico Exceltur. Daba fe del apabullante desplome de la rentabilidad de los hoteles de Valencia ciudad: el índice que mide los ingresos por habitación disponible se hundió un 45,1%. El peor resultado de España.

La primera clave del mal resultado de la primera industria valenciana es conocida: la libra está por los suelos, el Reino Unido es el primer mercado emisor del territorio, y la subida de costes, unida al efecto de la crisis económica, ha disuadido a muchos de viajar.

El informe del Gobierno es el de movimientos turísticos en fronteras (Frontur), y el especialista de la Universidad de Alicante Fernando Vera pide tomarlo con precaución, dado que está basado en estimaciones. "Es un indicador preocupante, que debería llevarnos a tomar medidas para mejorar nuestra competitividad internacional, pero no contempla por ejemplo al mercado nacional, que es muy elevado en la Comunidad Valenciana. No creo que estemos sustancialmente peor que en Andalucía y Cataluña". Exceltur cifra la caída de pernoctaciones en el primer trimestre en un 13,4%. "Otra cosa", añade Vera, "es la caída del gasto medio y de la rentabilidad, porque eso es un asunto grave".

El desplome del negocio turístico ha sido especialmente duro en Valencia, admite, Luís García Alarcón, vicepresidente de la Unión Hotelera de la Provincia de Valencia: "La caída en la llegada de turistas internacionales al aeropuerto de Manises ha sido salvaje".La llegada de turistas a Valencia se ha hundido y la oferta estaba sobredimensionada, opina García Alarcón. "La planta hotelera de la ciudad no está diseñada de forma reflexiva, pensando realmente en cuál era nuestra capacidad, sino que se fue formando de forma compulsiva y para el mejor de los escenarios. El de junio de 2007 con la celebración de la Copa del América".

La crisis no afecta a todos los destinos valencianos por igual, pero todos la han notado, incluida la meca del sol y playa de la península. Según el presidente de la Asociación Hostelera de Benidorm y la Costa Blanca, Antoni Mayor, la ocupación ha estado cayendo desde noviembre de forma ininterrumpida -un 4% en la primera quincena de enero, un 8% en la segunda de febrero, un 10% en la primera de marzo- hasta llegar a abril, mes en el que esperan aumentos durante todo el mes respecto a 2008.

Mayor afirma que son los peores resultados desde hace "10 o 15 años", y hace hincapié en el peso de los turistas británicos. No en vano, afirma, fueron los británicos quienes descubrieron Benidorm y fueron los touroperadores quienes trajeron a los arquitectos y a los hoteleros que levantaron esa máquina turística de hacer dinero. "Sólo espero que con los británicos no pase lo mismo que con los alemanes hace algo más de una década", dice Mayor, "que después de una caída fuerte dejaron de venir. La verdad es que no creo que ocurra", afirma.

Benidorm ha capeado mucho mejor el temporal que el resto del litoral valenciano. Pero no es una excepción respecto a la caída de la rentabilidad a la que hacen referencia Vera y García Alarcón. "La verdad es que estamos siendo como las hermanitas de la caridad", comenta Mayor, "algo así como una empresa social, porque estamos manteniendo el empleo, pagando el IVA y todos los impuestos y sin tener ganancias".

El presidente de Hosbec admite que resulta casi imposible saber qué va a ocurrir en verano. Pero menciona una encuesta elaborada en el Reino Unido cuyas conclusiones (puede interpretarse) benefician a Benidorm y, en cambio, juegan en contra de destinos como Valencia. "El sondeo dice que ante la crisis los ciudadanos renuncian a muchas cosas, pero de momento no renuncian a las vacaciones más importantes del año, aunque sí a esas escapadas de puente o fin de semana que se hacían por ejemplo a Praga".

Valencia no es la capital de la República Checa, pero está claro que se ha visto perjudicada por la disminución de las escapadas cortas y por la marcha de la aerolínea de bajo coste Ryanair. Desde que la compañía irlandesa abandonó Manises después de un agrío cruce de acusaciones con la Generalitat, el aeropuerto ha perdido en torno a un 30% de pasajeros cada mes (comparado con el mismo mes del año anterior). Eso es lo que ocurrió en marzo. Un porcentaje que otra vez dobla el descenso medio español.

Vicente Pizcueta, portavoz de la Federación Hostelera de Valencia, admite que el "deterioro sectorial global es muy importante". La crisis, añade, ha trunca una dinámica de crecimiento en un momento en el que el destino todavía no se había consolidado, aunque sí que había logrado darse a conocer.