En diálogo con Franz Kafka
El poeta José de la Sota pública en 'Vacilaciones' sus respuestas al escritor checo - Todo el libro forma un poema unitario
Walk Among Us (Attack, Sustain, Release, Decay). Pepo Salazar (Vitoria, 1972) muestra el resultado del trabajo que ha desarrollado durante dos años entre Nueva York y Valencia. Suma fotografías, vídeos, instalaciones y objetos con el fin de hacer visible sus presupuestos ideológicos y estéticos, a caballo entre el punk iconoclasta y los movimientos utópicos de la vanguardia.
De martes a domingo, de 11.00 a 20.00. En Artium. Francia, 24. Vitoria.
Hex: arquitectura argentina contemporánea. La muestra reúne información de proyectos, un audiovisual y publicaciones especializadas. Abierta hasta el 10 de mayo.
De martes de viernes, de 19.00 a 21.00. Sábados, domingos y festivos, de 18.00 a 21.00. Espacio Ciudad. San Prudencio, 30. Vitoria.
"La duda sirve como motor de la literatura y de la vida en general"
"La poesía debe ser, más que literatura, realidad creada"
La lectura de los diarios de Franz Kafka, una docena de cuadernos escritos entre 1910 y 1923, despertaron en el poeta José de la Sota (Bilbao, 1960) el afán por responder con sus versos. Fue una suerte de "diálogo con Kafka" que ahora llega a los lectores en el libro Vacilación (Bassarai), un "poema unitario", aclara el autor.
En las páginas de Kafka De la Sota encuentra rasgos que le resultan cercanos. "Muestra una preocupación por el origen y una ausencia de seguridades. Es un hombre que está permanentemente dudando, poniendo todo en cuestión", explica.
"La poesía es un diálogo en el que alguien escucha y luego habla. Escuchar a Kafka e intentar establecer un diálogo me ha servido para saber lo que pienso", añade. De la Sota resume las afinidades que unen a los dos escritores en una cita de Kafka: "Toda mi vida es la vacilación prenatal". Sus reflexiones, dice De la Sota, parten del convencimiento de que no hay experiencia más traumática para el ser humano que su nacimiento. "Kafka nos dice que no ha conseguido superar ese trauma y está constantemente preguntándose y vacilando; no le preocupa el más allá, le interesa el origen. La duda sirve como motor de la literatura y de la vida en general: de las grandes dudas salen las buenas respuestas".
De la Sota sonríe al reconocer que el término kafkiano se ha convertido en un lugar común. El diccionario dice que el adjetivo kafkiano, dicho de una situación, significa absurda o angustiosa. De la Sota aprovecha para recordar la complejidad del autor de La metamorfosis, más allá de la simplificación de dibujar un personaje atormentado y sombrío. "Fue un tipo extraño que tiene muchos lados. Contaba Max Brod [el albacea de Kafka] que se partía de risa cuando le contaba que estaba escribiendo El proceso". La conclusión es que Kafka no era tan kafkiano. "No hay ausencia de esperanza en sus libros", señala. "Sus personajes luchan".
A lo largo de Vacilación, De la Sota pone a Kafka en el escenario. Los fragmentos de su obra aparecen en cursiva en las páginas con los poemas de De la Sota. "El conjunto es como una biografía discontinua de Kafka, que puede leerse como poesía y como una serie de reflexiones".
La poesía no es ficción para De la Sota. "La poesía es realidad y nos ayuda a conocernos a nosotros mismos y a entender el mundo que nos rodea. Debe ser, más que literatura, realidad creada". Por eso al referirse a Kafka prefiere hablar de poesía y no de literatura, y en su propia obra la narrativa ha perdido protagonismo. De la Sota se ha centrado en escribir poesía o en acercarse a la obra de otros poetas. "La poesía es todo lo contrario a una profesión", dice. "La poesía y la vida son la misma cosa. Es más que unos versos en el papel. Es una manera de ver y de mirar, de verse uno mismo".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.