Plan
Expertos del FMI, de la OCDE y hasta del Banco Mundial harán cola a partir de esta semana ante la sede del PP de Andalucía para entrevistarse con Javier Arenas. Seguramente querrán conocer en detalle su Plan Anticrisis, que ha sido acogido con alborozo en todas las cancillerías del mundo, en el seno de la Casa Blanca y hasta en la Unión Europea. Por fin alguien ha dado con la tecla para sacarnos del lío en el que estamos metidos, de modo que mejor será estudiar su posible aplicación allá donde haga falta. Una feliz receta basada en ideas sumamente novedosas y revolucionarias que va camino de convertirse en objeto de minucioso análisis por parte de las más afamadas escuelas de negocio. Y si tan impactantes propuestas cuentan, además, con un respaldo de movilizaciones masivas en la calle de miles y miles de personas y todos los miles más que se quiera, pues, entonces, será cuestión de que, en efecto, todo se paralice y se convoquen elecciones anticipadas para llevar así a las más altas cumbres a los autores del "planazo" contra la crisis que acaba de ser presentado. Lástima que tales mensajes no calen entre sus más próximos, los empresarios, como recuerda Francisco Carbonero, de CC OO, para que después de que obtuvieran en tiempo de bonanza importantes beneficios actúen ahora en estos tiempos difíciles con más sentido de la responsabilidad social.
A la espera, por tanto, de la excelente acogida que a buen seguro tendrá en los medios especializados de todo el país tal cúmulo de medidas, centremos nuestra atención en las expectativas generadas por la importante cita en el Parlamento con el pleno de Investidura de José Antonio Griñán como nuevo presidente de la Junta. Trabaja estos días intensamente en su discurso, que encerrará las claves de la nueva etapa a la que ha de hacer frente. Lógico es pensar que en el mismo habrá una importante apuesta por la Educación como elemento transversal de la política que quiere poner en marcha, así como un afán claramente descentralizador de la gestión y un impulso a la concertación social, elemento que considera toda una seña de identidad de Andalucía. Una vez salvado el trance, vendrá la configuración de su Gobierno. Siguen circulando quinielas para todos los gustos, hasta el punto de que los hay por ahí que van a acabar mal de los nervios. Son los inconvenientes que tendrá que superar un Griñán al que aún le resuenan los sentidos aplausos del pasado Comité Federal del PSOE, de donde salió plenamente respaldado, sin mácula alguna de transitoriedad, para rabia y desesperación de algunos.
