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Tentaciones
Reportaje:LIBROS

LOS 13 MOTIVOS DEL MORBO

sorprende que un libro sobre el suicidio de una adolescente pueda convertirse en una de las sensaciones editoriales del año. Pero nada en Por trece razones se amolda a los cánones. Hannah Baker se suicida a la edad de 16. En vez de una carta, deja grabadas 13 caras de siete casetes dirigidas a 13 compañeros de su instituto. Con este planteamiento y sin mayor marketing que el boca oreja, la novela de Jay Asher se coló el año pasado en la lista de los libros juveniles de The New York Times, donde lleva 24 semanas. También se ha editado en al menos 15 países, entre ellos, España.

Desde su casa en Nipomo (California, Estados Unidos), un pueblecito de poco más de 10.000 habitantes, el autor recuerda el intento de suicidio de la familiar que inspiró la novela: "Tenía la misma edad que Hannah. Por suerte, sobrevivió. Pudimos hablar con ella y entendimos sus razones". La idea de las cintas, en cambio, fue algo casual: "Estaba escuchando el audio tour de una exposición sobre Tutankamón en un casino de Las Vegas. Al oír esa voz, pensé que sería interesante una historia con dos narradores al tiempo".

"Es alucinante que esta historia funcione para jóvenes de cualquier país" (Jay Asher, autor)

"Es un juego muy sencillo: primero las escuchas, luego las pasas", pide enigmáticamente la protagonista en la primera cinta —que en la posterior campaña viral de YouTube cuenta con la voz de Olivia Thirlby, la actriz que daba vida a la amiga inseparable de Juno. A partir de ahí, Asher insufla suspense empleando dos voces que se solaparán en paralelo: la de Hannah, a través de las cintas, y la de su compañero de instituto Clay Jensen, que reflexionará sobre lo que escucha. Un eco que recuerda levemente a Las vírgenes suicidas de Jeffrey Eugenides.

Cada casete revela un acontecimiento, un motivo para el suicidio, y la suma de ellos configura el puzle final que cada uno de los trece destinatarios descubre. Cargada de reflexiones sobre la amistad, la solidaridad o el compañerismo, Por trece razones sorprende también por cierta carga sexual. Y su indisimulada cuota de mal rollo. Con cada ingrediente hábilmente dosificado, la ingeniosa estructura se revela como una de las claves del éxito de la novela.

Con 33 años y tras muchos intentos —empezó a escribir a los 21 y mandó su primer texto a una editorial tres años después—, el éxito ha sorprendido al autor. "Es alucinante que la historia pueda funcionar para cualquier joven en cualquier país", celebra. Los correos electrónicos que recibe de sus lectores, dice, le emocionan. Pero de todas las reacciones, la que más le ha gustado es la de la familiar que le inspiró: "Le encanta. Es un alivio. Era una de mis preocupaciones".

Pero, ante todo, la cuestión estrella: el suicidio. Un tema tabú en los medios —salvo excepciones como personajes conocidos— y de indudable riesgo comercial. "Efectivamente, puede ser un libro oscuro, pero creí que si los adolescentes tenían acceso a él, podría funcionar", explica Asher. Acertó.

Ana Segura, de 19 años, es su editora en España y explica así la apuesta de Ámbar por un tema tan espinoso: "Siempre he pensado que los libros que triunfan son los que van a contracorriente. Hoy en literatura juvenil abundan los vampiros y las brujas. Este libro rompe con eso".

Por trece razones (Ediciones Ámbar).

Jay Asher ha cumplido su sueño de triunfar en la literatura y ahora se atreve con cualquier postura.
Jay Asher ha cumplido su sueño de triunfar en la literatura y ahora se atreve con cualquier postura.

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