Medvédev se desmarca de Putin
El presidente se reúne con grupos contrarios al Kremlin y critica la corrupción
El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, se esfuerza en mejorar su imagen de demócrata y liberal, con lo que marca ya una diferencia, estilística por lo menos, con su predecesor, Vladímir Putin. El contraste quedó ayer patente en una reunión -la primera en su género desde que llegó al poder- que el presidente mantuvo con el consejo de defensores de derechos humanos y representantes de organizaciones no gubernamentales, muchos de ellos severos críticos de la política del Kremlin. Medvédev afirmó ante ellos que "la corrupción impregna todo el aparato estatal de arriba abajo y de abajo arriba", según Svetlana Gánnushkina, una de las participantes. Gánnushkina, que dirige una ONG de ayuda a los inmigrantes, dijo haberse visto favorablemente sorprendida por la capacidad de Medvédev de "escuchar atentamente y proponer medidas concretas sobre los problemas tratados", desde la emigración a los veteranos del Ejército. "Putin creaba tensión, pero Medvédev actúa con tranquilidad, como si fuera un participante en un seminario científico, y no como alguien que está por encima", afirmó Gánnushkina. "Al llegar al poder me aconsejaron que no me metiera con la corrupción, porque tenía muy poco tiempo", confesó Medvédev.
El cambio estilístico se concretó también en la publicación ayer de una entrevista del líder con Nóvaya Gazeta, el semanario más radical de oposición al Kremlin en el espectro prooccidental. La entrevista es además la primera que Medvédev da un medio escrito ruso desde que asumió la presidencia en mayo de 2008.
Los síntomas de apertura al diálogo con la sociedad pueden estar relacionados con el temor a un empeoramiento de la situación económica. La víspera, Medvédev se reunió con expertos en el Instituto de la Modernización, que dirige Igor Yurgens, para abordar el problema del paro, que en seis meses ha subido del 5,3% al 8,5%. "Nos preocupa mucho que hayamos llegado ya a las cifras de paro registrado que esperábamos a final de año", señaló Medvédev. La ministra de Asuntos Sociales, Tatiana Gólikova, reconoció haber sentido "verdadero miedo" cuando el desempleo en enero y febrero comenzó a crecer un 9% cada semana. Con posterioridad, este ritmo descendió a un 1,5%. Ante la incertidumbre sobre una nueva oleada de turbulencias económicas, Yurgens ha aconsejado "prepararse para lo peor" y para ello "ampliar los canales de comunicación" con los grupos sociales "que pueden protestar". Y ha advertido que Rusia puede llegar a la próxima crisis en "un estado mucho peor" si no clarifica antes el espacio político y las características de la democracia local. La producción industrial en el primer trimestre de 2009 se contrajo en un 14,3% en relación con el mismo periodo de 2008, y el ministro de Finanzas, Alexéi Kudrin, pronostica un 7% de descenso del PIB en el primer trimestre de 2009.
Desde la tribuna de Novaya Gazeta, Medvédev reiteró su compromiso con la democracia con un discurso políticamente correcto que contrasta con las realidades de Rusia, donde los activistas independientes del Kremlin ven restringida su participación en la vida política y los jueces e instituciones reciben presiones entre bastidores desde las altas instancias del poder. A la pregunta sobre el segundo juicio del caso Yukos, que sienta en el banquillo de nuevo al ex magnate Mijaíl Jodorkovski, Medvédev negó que el resultado del proceso esté predeterminado. El director de Nóvaya Gazeta no inquirió sobre el estado de las investigaciones de los asesinatos de dos de sus periodistas, Ana Politkóvskaya, en 2006, y Anastasia Baburova, este año.
Medvédev dijo que hay "cantidad de casos" en los que la actividad de las ONG se ven restringidas "sin suficiente motivo", lo que se debe a que en ellas "muchos funcionarios ven una amenaza para su poder absoluto".
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