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Padres y sindicatos rechazan que las familias elijan la lengua escolar

Los plazos legales dificultan que el modelo de Feijóo esté listo para septiembre

"El nuevo decreto tendrá como finalidad (...) el respeto a los derechos individuales de las familias y los alumnos". El presidente electo, Alberto Núñez Feijóo, dejó las propuestas educativas para el final de su discurso de investidura. Con poco margen de maniobra debido a unos plazos demasiado ajustados, reiteró su intención de derogar el decreto del gallego y recuperó su promesa electoral que tanto entusiasmó a Galicia Bilingüe: preguntar a los padres en qué idioma quieren que estudien sus hijos. Ese "respeto a los derechos de las familias", sin embargo, ha encendido las alarmas en todos los sindicatos y también en las asociaciones de padres de alumnos. Comisiones Obreras, UGT, CIG y la Confapa (Confederación Galega de APA de Centros Públicos) coinciden en que es "escolarmente imposible" que las familias tengan carta blanca para decidir.

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Que Feijóo defienda una propuesta "consensuada con la elección de los padres" sólo demuestra que el equipo del nuevo presidente de la Xunta "no conoce en absoluto el funcionamiento del sistema educativo". Es lo que opina Raúl Gómez, de UGT, quien tacha de imposible la medida que apunta Feijóo. Comisiones Obreras también se opone a ella. El responsable de Educación del sindicato, José Fuentes, lo explica de modo gráfico. "De la misma manera que los padres no pueden decidir si sus hijos aprenden a hacer ecuaciones, tampoco pueden decidir si estudian o no en gallego unas u otras asignaturas". Los alumnos deben terminar la educación secundaria obligatoria con las mismas competencias tanto en castellano como en gallego y CC OO considera que las familias "pueden poner en peligro" esta máxima si influyen en "temas curriculares".

Esto es lo que más preocupa a las asociaciones de padres de alumnos de centros públicos. El presidente de la Confapa, Virgilio Gantes, sólo pide que el nuevo Gobierno garantice que los chicos y chicas de 16 años dominen igual el castellano que el gallego. El resto, le da igual. "La estrategia que vayan a aplicar para conseguir este equilibrio, ya nos lo dirán. No me importa el número de asignaturas ni el tiempo que se dedique a cada uno de los dos idiomas". Pero que los padres tengan vela en este entierro le parece "poco adecuado". "Podría ser terrible que hubiera escuelas con sólo cuatro alumnos de gallego o viceversa", imagina.

Galicia Bilingüe insiste en que no tiene ningún sentido hacer valoraciones ni hipótesis del futuro antes de que Feijóo pregunte a los padres. "Eso es lo que prometió. Las familias que lo votaron lo están esperando y él está obligado a hacerlo cuanto antes", apremia la presidenta de la asociación, Gloria Lago. El nuevo decreto se debería elaborar, continúa, con esos datos sobre la mesa. "Y que esa respuesta se dirija directamente a la Administración, sin ninguna interferencia".

Feijóo anunció el martes que el actual decreto "será sustituido por otro elaborado con la participación de los expertos y de las instituciones". El texto se debatirá en la Mesa Sectorial con los sindicatos y, de momento, todos se muestran reticentes a grandes cambios. CIG sólo está dispuesta a modificar el decreto para avanzar en la promoción del gallego, no para retroceder. "El nuevo presidente nos tendrá enfrente ante cualquier posición que implique un paso atrás en la normativa", advierte el responsable educativo del sindicato, Anxo Louzao.

UGT se agarra al mínimo del 50% de clases en gallego que marca el decreto en vigor. "Si queremos salvar la lengua desde la escuela, hay que poner un mínimo de obligatoriedad. Y el gallego ya no se puede retirar más del currículo", afirma Raúl Gómez. Sólo Comisiones Obreras parece más abierta al diálogo: "Nos valdría cualquier normativa que surja del consenso, no partimos de posturas inamovibles". José Fuentes explica que en la Mesa Sectorial, su sindicato pedirá calma y que se trabaje al margen del "debate ficticio sobre la imposición del gallego". "Si Feijóo es esclavo de sus compromisos con Galicia Bilingüe es problema suyo, no de toda la sociedad gallega", concluye.

Gloria Lago pone en duda las reclamaciones sindicales: "Cuando se pregunte a los padres, podremos comprobar si los agentes sociales representan realmente a la sociedad". Aunque el martes, en el Parlamento, encontró a Feijóo "demasiado cauto", Lago confía en el futuro presidente. "Es normal que quiera llevar a cabo sus propuestas con el mayor respaldo social posible, pero al final son las urnas las que mandan y su política en Educación es clara". Eso sí, reconoce que le sorprendió la alusión al trilingüismo. "Si pretende potenciar la enseñanza del inglés, nos parece muy bien. Pero si se refiere a impartir materias troncales en inglés, lo vemos muy difícil porque en Galicia no hay profesores suficientes".

Participantes del Correlingua en una calle de Santiago.
Participantes del Correlingua en una calle de Santiago.ANXO IGLESIAS

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