Andalucía, día 1 d. de Ch.

Hoy no es un martes cualquiera. Es el primero en 19 años sin Chaves al frente del Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía. El ex presidente está ya en Madrid. Qué difícil resulta llamarlo ex presidente. Uno creía que presidente de la Junta y Manuel Chaves eran seis palabras que siempre se escribían seguidas. Los niños andaluces, desde hace dos décadas, aprendían a leer diciendo: "Mi mama me ama, mi mama me mima, y mi presidente es Manuel Chaves". Eran de las pocas frases que han perdurado inamovibles en los libros de texto.

Lo más sorprendente de la marcha de Chaves es que ya se ha ido. Varios años hablando a hurtadillas de cuándo se iba a ir y en un santiamén resolvió él solo uno de los mayores enigmas políticos de la última década. Nos levantamos por la mañana el día 6.935 de su gobierno con el anuncio de su incorporación al Ejecutivo de Zapatero, y el día 6.936 dejó su acta de diputado, estampó su renuncia como presidente de la Junta y anunció su sustituto. Vamos que hubo quien ayer, tras incorporarse de las vacaciones de Semana Santa, volvió a su trabajo y pensó que sus compañeros estaban de broma cuando se lo contaron. "Sí hombre, que se ha ido Chaves, y en el lote Gaspar Zarrías", respondió con sorna. Pues sí, aunque cueste creerlo, también se va Gaspar Zarrías. "Estas son las cosas que pasan por irse de vacaciones a una zona sin cobertura para el móvil", le espetaron.

La otra gran sorpresa de la marcha de Chaves es que, pasada una semana, ningún socialista se ha caído todavía por un precipicio, a pesar del temor entre la militancia ante el abismo que se abría con su relevo. "El primero que siente vértigo soy yo", admitió el líder socialista en su despedida, "y es lógico que mis compañeros también lo sientan; pero no tenga dudas de que mi partido se adaptará a la nueva situación". Y vaya si la adaptación está siendo rápida. Desde ayer ya tenemos sustituto oficial: José Antonio Griñán. El comité director del PSOE andaluz lo aprobó sin fisuras. Hasta hace apenas unas semanas Luis Pizarro decía que el sustituto de Chaves en la Junta no se había afiliado todavía al partido y hoy tiene ya 62 años y tres décadas de militancia. Para que luego digan que tanta rapidez no es para sentir vértigo.

Al final va a resultar que era cierto cuando decían que no había debate sobre la sucesión de Chaves y que todo era un invento de los periodistas. Y tan verdad. Cuando los periodistas hablábamos del relevo de Chaves, el presidente de la Junta ya se había relevado el solo. Y cuando los medios intentábamos abrir el melón de la sucesión, Chaves y Zapatero iban ya por el café y el puro, los dirigentes socialistas seguían hablando todavía bajito sobre si el presidente se mantendría o no hasta 2012 y Javier Arenas anunciaba una moción de censura. Como videntes no tenemos precio. Hemos comprado una milonga tras otra y nos han engañado como a unos pardillos. Y el problema es que nos estamos enterando ahora de todo. En el mismo instante que algunos dirigentes del PSOE andaluz, a quienes les pilló el relevo de Chaves con el paso y el sustituto o, más bien sustituta, cambiado. Estos últimos sí que llevan varios días con vértigo.

La semana 1 d. de Ch. ha colocado a Javier Arenas en la época de las catacumbas. Como contaba Isabel Pedrote hace unos días en este periódico, puestos a medir quién está más visto, más agotado o deshilachado en la pugna por alcanzar la presidencia de la Junta, Arenas se ha quedado sin rival. El pasado 28 de febrero este periódico publicó un sondeo donde se decía que el 67% de los encuestados opinaba que Chaves debería ceder el paso a otro candidato de su partido en las próximas elecciones. El 52% sostenía que Javier Arenas tampoco debe volver a ser la cara electoral del PP tras acreditar tres derrotas, todas ellas frente a Chaves. ¿Pesará la encuesta en el PP tanto como parece haber pesado en el PSOE?