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Reportaje:Primer plano

Asia vuelve a los noventa

La caída de las exportaciones y el frenazo de China ralentizan el crecimiento del continente hasta niveles de hace una década

El mundo industrializado consume menos y Asia, fábrica del mundo, se resiente. La drástica caída de la demanda en los países ricos tras el estallido de su peor crisis en varias generaciones ha hecho caer en picado las exportaciones, sostén de las economías asiáticas, y hará que la actividad crezca este año al ritmo más lento desde el desastre financiero que la zona sufrió en 1997 y 1998. Por toda Asia cierran fábricas, se alargan las colas del paro y bajan los salarios. La confianza de los consumidores está por los suelos.

El Banco Asiático de Desarrollo (BAD) calcula que el continente, excluyendo Japón, apenas crecerá un 3,4% en 2009, comparado con el 6,3% del año pasado y el 9,5% de 2007. Joseph Zveglich, economista de la entidad, vaticina que la recuperación tendrá que esperar a 2010, cuando la economía mundial retome el aliento. Este pronóstico, sin embargo, no está garantizado, pues no se descarta que la lucha contra la recesión en Occidente sea aún más larga y cruenta.

El deterioro del panorama económico frenará los esfuerzos por reducir la pobreza en un continente donde más de 1.000 millones de personas viven con menos de un euro al día. Para mitigar los daños, las autoridades han expandido sus políticas fiscales y monetarias aumentando el gasto social y bajando los tipos de interés, pero las medidas resultan insuficientes en la mayoría de los casos.

Aunque China seguirá creciendo, importantes economías de la zona -todas ellas grandes exportadoras- se contraerán: Hong Kong, Corea del Sur, Taiwán, Tailandia, Malasia, Singapur... Asia Central será, probablemente, la zona más perjudicada, al ser muchos de sus países exportadores de petróleo. Atenazada por la caída en la confianza de los consumidores y de la inversión, India crecerá sólo un 5% en el presente ejercicio, frente al 7,1% de 2008 y el trepidante 9% de 2007.

A pesar de todo, los expertos coinciden en que el continente está mejor preparado para esta crisis que en 1997, cuando estalló la crisis asiática, por varios motivos: los bancos del continente están saneados -pocos invirtieron en activos tóxicos vinculados a las hipotecas basura de EE UU-, los gobiernos disponen de enormes reservas en divisas y sus propias monedas son mucho más flexibles que hace una década.

En su último informe sobre Asia, publicado esta semana, el Banco Mundial subraya que China está empezando a dar señales de recuperación. De confirmarse, serían buenas noticias para el resto de los países de la zona, pero lo que de verdad necesitan éstos es que EE UU, Europa y Japón levanten cabeza. Cuando esto suceda, el continente podrá aprovechar la situación debido a sus regímenes comerciales abiertos, sus infraestructuras y a un aparato productivo muy competitivo. Pero el Banco Mundial subraya que será difícil que la demanda internacional se recupere rápido, lo que significa que las exportaciones asiáticas tardarán años en volver al esplendor de épocas pasadas.

Para que la recuperación sea sólida y el continente salga reforzado de la crisis, subrayan los expertos, Asia necesita un crecimiento más equilibrado. "Eso significa depender menos de las exportaciones y aumentar la demanda interna", dice Zveglich. Para alcanzar ese objetivo, el experto del BAD considera necesario fomentar el consumo interno y aumentar el gasto público en sanidad, educación y otros fines sociales, así como reorientar la producción industrial hacia la demanda interna. "Los países asiáticos tienen unos colchones de seguridad demasiado finos", advierte.

Contenedores apilados en el muelle Kwai Chung del puerto de Hong Kong.
Contenedores apilados en el muelle Kwai Chung del puerto de Hong Kong.ASSOCIATED PRESS

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