El lazo de la discordia

Hay lugares dondese celebran procesiones de Semana Santa en que algunos de los costaleros han dicho que se niegan a cargar con el paso si se le ha puesto el lazo blanco que la Iglesia ha propuesto para protestar contra el aborto. El asunto ha provocado ya cuestiones de hondo calado teológico que habrán de resolver los especialistas en la materia. Se ha dado el caso, por ejemplo en Melilla, donde se han ofrecido varios musulmanes a sostener la imagen de la Virgen de María Santísima, y en que se ha descubierto que algunos de los inmigrantes sin papeles, a los que se ha recurrido para cargar con el trono del Cautivo y el de la Virgen del Rocío, practican otras religiones, entre ellas el hinduismo. ¿Pueden estos caballeros, que nada tienen que ver con el catolicismo, ocuparse de símbolos de semejante importancia y en ocasión tan señalada? Parece ser que sí. La Iglesia es muy suya cuando se trata de servirse de la Semana Santa para arremeter contra una iniciativa del Gobierno, pero es tolerante y permisiva si peligran sus celebraciones. Adelante, pues, y que musulmanes e hinduistas carguen con las figuras de la Pasión.

En Medina Sidonia, el lazo blanco ha provocado abucheos e insultos. Salió el paso del Cautivo de los Llanos

y los fieles, lejos de recibirlo con fervor, montaron una gresca porque no llevaba lazo blanco. En la misma localidad gaditana estuvo a punto de ocurrir un serio desperfecto el pasado domingo. Hubo costaleros que se negaron a sostener a la Virgen del Mayor Dolor por culpa del lazo blanco, y se contrató a inexpertos: la imagen terminó por darse un golpe contra la puerta del templo.

Más que devoción católica, lo que este año ha habido en cofradías y hermandades han sido asambleas. Para resolver si había que hacer caso o no a la Conferencia Episcopal. Y es que cuando se trata con la Iglesia todo es posible. La hermandad de San Esteban prescindió el año pasado de los modistas Victorio & Lucchino, que vestían a sus figuras, porque se habían casado entre ellos. El caso es que, hoy, las celebraciones de Semana Santa más que religiosas son populares. Jesús dijo que debía darse al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Quizá debió añadir que hay cosas que son de la gente, y que no hay que quitárselas.