La lista del tripartito
El Ejecutivo catalán somete a examen al nuevo Gobierno con su relación de traspasos
El tripartito catalán ha puesto fecha a los traspasos pendientes, coincidiendo en el tiempo con el cambio de Gobierno acometido por José Luis Rodríguez Zapatero. El nuevo Ejecutivo central nace con la voluntad de superar la crisis, al igual que la mayor parte de los retoques al acuerdo del Pacto del Gobierno de Entesa, que incluye medidas de orden autonómico para paliar la crítica situación de desempleo, como flexibilizar el acceso a la renta mínima y establecer una paga para los desempleados que se queden sin prestación. No obstante, el acuerdo del tripartito, al margen de sus buenas intenciones en materia social, se presenta como una suerte de primer examen para la política autonómica del Gobierno central. Así el renovado pacto tripartito fija un plazo -hasta fin de año- para asumir o, en su defecto negociar, es importante el matiz, nuevas competencias antes de concluir la legislatura catalana, en noviembre de 2010.
Los relevos ministeriales en la capital de España han acelerado el cierre del acuerdo al que ahora se enfrenta el Gobierno de Zapatero. Los reiterados incumplimientos del Ejecutivo central en asuntos como Cercanías de Renfe -fijado estatutariamente, y que debía haberse hecho efectivo en enero de 2008- o la negociación sobre el traspaso de los aeropuertos catalanes menores (Girona, Reus y Sabadell) -que no figuran en el texto estatutario, pero a los que en sede parlamentaria se comprometió el presidente del Gobierno en 2006 a alcanzar acuerdos-, son dos de las guindas de ese pastel competencial que tiene como base la financiación autonómica.
El documento, por voluntad del PSC, da un balón de oxígeno al Gobierno central, al no incluir cifras ni plazos para la financiación, y al establecer que la respuesta del tripartito a la sentencia del Estatuto en el Tribunal Constitucional será unitaria. Se trata de un intento de atar corto a Esquerra Republicana, lo que favorece tanto al PSC como a PSOE.
No deja de ser, pues, en conjunto y después de tanta ilusión frustrada, una nueva carta a los Reyes Magos, que pretende marcar territorio ante el PSOE y poner a prueba la cintura autonómica del nuevo Gobierno con los nombramientos ministeriales que afectan a áreas como Economía, Fomento o Política Territorial. De su desenlace depende el futuro de ambos Ejecutivos y el encaje autonómico.
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