Fomento se niega a traspasar los aeropuertos de Sabadell, Reus y Girona

El Gobierno catalán esperaba que este año fuera el del traspaso de los aeropuertos secundarios: Reus, Girona y Sabadell. Pues tampoco. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó el 18 de octubre de 2006 que la negociación sobre este traspaso se haría con el Gobierno que saliera de las elecciones entonces previstas para el 1 de noviembre. Hubo elecciones, hay Gobierno, pero no sólo no hay traspaso, sino que tampoco hay negociaciones. Ni siquiera se habla del asunto, según reconocen el Gobierno catalán y el Ministerio de Fomento. La diferencia está en que el primero sostiene que, aunque se tarde, no se renuncia a los aeropuertos. Fomento, en cambio, asegura que no hay caso. "La transferencia de los aeropuertos no está prevista en el Estatuto", declaró un portavoz oficial a este diario.

La Generalitat señala que el traspaso está pendiente y no renuncia a él

Es cierto: la competencia sobre los aeropuertos no figura en el Estatuto, pero había cierto acuerdo en proceder a desclasificar los tres aeropuertos secundario de modo que, una vez que perdieran su carácter de "interés general", pasaran a ser propiedad de la Generalitat. Las negociaciones, reconoce el Departamento de Política Territorial, se precipitaron tras el accidente de septiembre de 2005, cuando una avioneta que había despegado de Sabadell cayó sobre Badia del Vallès y en el accidente murieron el piloto y un fotógrafo. La Generalitat debía hacerse con la propiedad y la gestión de los tres aeropuertos y AENA y Fomento mantenían las inversiones previstas en los tres con vistas a su adecuación. En ese momento, los tres eran deficitarios y el interés de AENA por ellos resultaba escaso.

Pero ese mismo año, coincidiendo con el despegue de los vuelos low cost, Girona entró en beneficios y Reus apuntaba una recuperación. Nadie reconoce que ése sea el motivo de que las conversaciones se rompieran, pero lo cierto es que en ese momento dejaron de avanzar... y hasta hoy.

CiU llevó el asunto al Senado en octubre de 2006. El entonces senador y hoy diputado Pere Macias interpeló a José Luis Rodríguez Zapatero sobre el calendario del traspaso de los tres aeropuertos. Zapatero no dio fechas, reconoció la necesidad de modificar el reglamento que rige los aeropuertos de interés general dialogando con la Generalitat y precisó: "De hecho, ya ha empezado en lo relativo al aeropuerto de Sabadell". Al volvérsele a preguntar, Zapatero insistió: "¿Cuándo y qué aeropuertos? Ése es un proceso que hemos de negociar con la Generalitat". Y terminó su intervención afirmando: "Aunque no hubo acuerdo en el Estatuto, el deseo y la voluntad del Gobierno es llegar a acuerdos con el Gobierno de la Generalitat que surja de las elecciones del 1 de noviembre".

En efecto, tras las elecciones, el Gobierno y el segundo tripartito reanudaron las negociaciones, siempre con el mismo esquema: Reus, Girona y Sabadell formaban un paquete independiente de El Prat. Los tres primeros pasarían a ser de la Generalitat, que organizaría con ellos una especie de AENA catalana. En el caso de El Prat, se negociaba la participación en la gestión, no el traspaso de la titularidad.

El asunto llegó a la Comisión de Traspasos, pero no prosperó. A los sumo han mantenido conversaciones dirigentes de Fomento y de Política Territorial. Un portavoz del Departamento de Relaciones Institucionales, cuyo titular es Joan Saura, aseguró a preguntas de este diario: "El traspaso está pendiente y no renunciamos a él", aunque reconoció que está supeditado "a los cambios en AENA". "En su momento, el Gobierno central aseguró que cuando se abordara el consorcio de El Prat se hablaría también de los aeropuertos menores", añadió. Pero ni así. Hace meses que no se negocia. "De modo no oficial", explicó un portavoz de Política Territorial, "nos han sugerido que iría bien aplazarlo para no mezclarlo con el traspaso de Cercanías y con la financiación". Fomento no se mueve de sus tesis: no hay caso. Hubo una negociación y se cerró sin traspaso, de momento no se ha vuelto a abrir y ninguna norma exige que se reabra.