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Análisis:Cosa de dos
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Grima

Entiendo que la fama implica vasallajes, la angustia de saberse al acecho permanentemente de cámaras y micrófonos que te quieren robar el alma, que la agresividad entre en erupción ante extraños que dan la brasa incansablemente preguntando gilipolleces. Ese extendido género televisivo consistente en perseguir al famoso planteándole interrogantes que le descoloquen, precisa mucho talento y agilidad mental en el osado entrevistador, dones que no encuentro en la inmensa mayoría de esos pretendidos destroyers con injustificado complejo de graciosos.

Comprendo la mueca de hastío de sus presas, su despreciativo silencio, incluso que le gritaran a su acosador: "Que te vayas, que me dejes, que te abras". Me hago esas cavilaciones mientras que veo en Estas no son las noticias a una señora negra y teñida de rubia que se lo monta de moderna corrosiva buscando declaraciones de los futbolistas de la selección española. La dama es insoportable, les llama "cari", ignoro dónde radica su presunta gracia. Pero no estoy preparado mentalmente para la respuesta colectiva que le dan a la plasta estos jugadores de élite que, afortunadamente, ya no representan a la dadaísta e inútil furia española sino al triunfo de la estética. Éstos le cantan a su perseguidora algo tan ingenioso y sofisticado como: "Rubia de bote, cómeme el cipote". Y siento vergüenza ajena, el inacabable esplendor del "furbo", la sintonía espiritual de tantos jugadores con las peñas ultras, la grosería descerebrada, la cochambre.

Más momentos de grima. Ocurre en el atractivamente realista y veraz Callejeros. Lo dedican a las ofertas de segunda mano. Flipo con el involuntario humor negro de gente que vende sus heredadas tumbas especificando: "Se vende nicho situado en planta baja y zona luminosa". Pero se me congela la sonrisa cuando veo a un matrimonio que pone a la venta las serpientes con las que conviven en su casa. Abren el frigorífico y nos enseñan a los congelados ratones que alimentan a los reptiles. Su niño cuenta que tenía una querida cobaya, pero se murió. Los progenitores nos aclaran que se la zamparon los ofidios. Me siento fatal.

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