Guipúzcoa cerró un centro para menores tras la marcha "voluntaria" de 21 de ellos

La Diputación de Guipúzcoa afirmó el pasado 5 de febrero en una reunión interinstitucional que 21 de los 23 menores extranjeros que tutelaba en un centro provisional en Zarautz se habían marchado del mismo "de forma voluntaria". El ente foral comunicó estos hechos en una cita celebrada ese día en Tolosa con responsables de la Ertzaintza, ambos ayuntamientos y varias asociaciones. Todos coincidían en un organismo que se creó para tratar los problemas del centro para menores inmigrantes de Zarautz, hoy cerrado. Antes de su marcha, tuvieron que firmar un documento en el renunciaban a la tutela para evitar que otras comunidades autónomas les devolviesen a Guipúzcoa. EL PAÍS no ha podido contrastar si más menores del centro firmaron "altas voluntarias". Varios educadores de menores guipuzcoanos y SOS Racismo aseguran que la Diputación ha creado centros "disuasivos", como el de Deba, en los que se insta a los menores inmigrantes conflictivos recién llegados a marcharse a otras provincias.

El centro de Zarautz fue una solución ideada por el ente foral ante la dificultad de resolver el hacinamiento del de Tolosa, pensado inicialmente para 15 jóvenes que a finales de año albergaba a 65. La institución foral se había comprometido con el Ayuntamiento de Tolosa al cierre del mismo antes de finales de año, pero tenía muchas dificultades para encontrar lugares donde alojar a los jóvenes inmigrantes por el rechazo vecinal. Los últimos chavales que llegaron a Tolosa desde otras comunidades autónomas ya fueron llevados a Zarautz.

A la reunión del 5 de febrero acudieron Iñaki Bengoetxea, en nombre de la Diputación; los técnicos de inmigración de Tolosa y Zarautz, así como representantes de SOS Racismo, la Ertzaintza y asociaciones locales. Bengoetxea comunicó entonces que 21 de los 23 menores alojados entonces en Zarautz se habían ido "de forma voluntaria" sin aclarar más detalles de su marcha, según las fuentes informantes.

Un ex educador de Tolosa afirma que, al quedar libre el centro de Zarautz chavales alojados en la primera localidad fueron enviados allí. El centro de Zarautz cerró definitivamente a comienzos de marzo, antes de lo previsto, por un robo con agresión que se registró en ese municipio.

La reorganización de los servicios de acogida también incluyó la creación del centro de Deba. Un informe señalando que ha consumido disolvente o que se ha peleado con un compañero basta para que un menor inmigrante sea derivado a Deba, aunque no tenga antecedentes delictivos y su comportamiento sea bueno en el centro de Iniciación Profesional al que acudía, tal y como ocurrió en un caso.

Lo paradójico, asegura un educador guipuzcoano, es que probablemente separar a los más conflictivos del resto puede efectivamente tener beneficios para los demás. "Los rebeldes suelen incitar a los demás a desobedecer".