La plantilla política
Se señala a la codicia financiera y a la desregularización y carencia de controles públicos adecuados como los componentes principales de la actual crisis económica mundial.
Entonces, y puesto que la ingenuidad e inocencia no son características intrínsecas de las decisiones políticas vinculadas a estos aspectos, puede extraerse la conclusión de que ha existido pasividad, imprudencia, aliento o connivencia con la insaciable e irresponsable depredación económica llevada a cabo por actores de países democráticos y "civilizados".
Ahora es momento de cumbres cargadas de preocupación y buenas intenciones y de resucitar la denostada intervención de los Estados (al menos para hacerse cargo de la factura de la gran comilona), pero ¿en qué grado pueden comprometerse los representantes públicos con los intereses generales si pueden compatibilizar cuantiosas retribuciones recibidas del ámbito privado con las del salario estatal?
Para reforzar el compromiso, la lealtad y la credibilidad de la actividad política es necesario que exista una regulación rigurosa y transparente de la misma, sin ambigüedad.
Y, si para gestionar un país con lo complejo que resulta en ocasiones llevar la comunidad de propietarios del edificio con esmero y eficacia a muchos diputados les sobra tanto tiempo como para dedicarse a otras actividades, o hay un exceso de plantilla o los deberes no han sido cumplidos.
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