Retorno a una víspera democrática

El placer está en la víspera. Quien quiera evocar el turbión de sensaciones que en el ánimo de los demócratas españoles causó el preludio de las primeras elecciones democráticas locales, 30 años atrás, puede hacerlo ahora y hasta el 3 de mayo. No tiene más que encaminarse hacia el Cuartel del Conde Duque, donde se muestra Ayuntamientos democráticos, una exposición sobre el frenesí de imágenes, mensajes y anhelos plasmados en la cartelería que empapeló los muros de ciudades y pueblos de toda España, Madrid incluido, en la gozosa víspera del 3 de abril de 1979.

El emblema de la exposición es una fotografía en blanco y negro de la plaza de la Villa, corazón de la ciudad de Madrid. Sobre la balconada del Ayuntamiento un señor mayor, con gafas y aspecto de farmacéutico, corbata y traje oscuro de americana abotonada y cruzada, alza su puño ante cientos de madrileños. Éstos, expectantes, responden de igual manera a tal saludo. Mas no hay tensión en la escena. Sólo alegría y relajo. Se trata de Enrique Tierno Galván, flanqueado por los ediles Enrique Moral Sandoval, ramón Tamames y Alonso Puerta. La escena es el anuncio del primer Ayuntamiento de izquierdas en la capital, que Tierno presidiría, tras cuatro décadas de franquismo. El general había muerto en 1975. Su régimen dictatorial perecería con él.

Se exhiben carteles, panfletos, libros, papeletas y cerillas de los comicios

A lo largo de un relato gráfico trazado por el comisario de la muestra, Ramón Adell Argilés, profesor de Sociologia de la UNED, el visitante contempla rostros, emblemas e idearios de aquellas formaciones políticas que concurrían a las urnas. La mercadotecnia electoral ha evolucionado mucho, desde luego, pero la inocente frescura y el universo de sueños que aquellos comicios destilaron inducen una sensación irresistible de complicidad, una especie de estado de gracia en el mensaje democrático de entonces. La sopa de siglas, efigies y carteles es profusa, pero el comisario ha querido reservar un lugar central al cartel de José Ramón Sánchez que guió la campaña electoral del PSOE: se trata de una villa-bosque arbolada y marina, poblada de ciudadanos felices, con una estatua de Carlos Marx camuflado de artista, palomas en vuelo, un castillo, una catedral, niños ciclistas... Todo es armonioso, como el retablo onírico de un paraíso. "Se hicieron ocho tipos de carteles con el original [que se expone en la muestra] y uno de los fragmentos mostraba en su parte de arriba un Vota PSOE y abajo, las torres de una iglesia catedral", cuenta Adell con una sonrisa.

La Unión de Centro Democrático, que presentaba a José Luis Álvarez de candidato, refinó su propuesta hasta fabricar maquinillas de afeitar con su anagrama verdianaranjado. El PCE, por su parte, trataba de mitigar el rojo de sus siglas con el amarillo -¿gualda?- de sus hoces y martillos y Paca Sauquillo, con acné, anunciaba que la unión de la Organización Revolucionaria de Trabajadores con el Partido del Trabajo traería "fuerza" a sus votantes. La exposición gratifica también porque muestra a mayores y jóvenes los mimbres que trenzaron una democracia que tanto costó conseguir.

Ayuntamientos democráticos. Martes a sábados, de 10 a 21.00. Domingos y festivos, hasta las 14.30. Plaza del Conde Duque, 11.