Hollywood se atreve con la crisis
Los estudios ponen fin a su tradicional indiferencia ante los desastres financieros y preparan varios títulos sobre el tema - La segunda parte de 'Wall street', en marcha
La apisonadora de Hollywood se ha puesto definitivamente en marcha para colocar su espejo mágico (e incómodo) ante la crisis económica. Tradicionalmente reacios a atreverse con los vaivenes monetarios y los desastres financieros que de nuevo protagonizan el mundo, los grandes estudios han decidido cambiar de rumbo. Hollywood se atreve, esta vez sí, con la crisis. Una avanzadilla de títulos así lo demuestran.
La relación entre cine y crisis siempre ha sido de exquisita indiferencia. Quizás sea por que en Los Ángeles, entre las paredes de los grandes estudios, nombres como Chase Manhattan Bank, Merryl Lynch, Deutsche Bank y similares tienen tanto peso como cualquiera de sus grandes estrellas: Hollywood vive y se extiende en las tripas de las grandes entidades financieras y ya se sabe, no conviene molestar al casero.
El cine de EE UU ignoró las causas de la depresión económica de 1929
La película 'The International' mostrará a un banco estafador
Colin Schindler, autor del libro Hollywood in crisis: cinema and american society, 1929-1939 mantiene que el cine posterior al crash del 29 ignoró por completo las causas del hundimiento financiero para tratarlo como un tema puramente coyuntural, que provocó diferentes efectos en los grandes estudios hollywoodienses: MGM dio rienda suelta a su cacareado star system; Universal sorprendió con su cine de monstruos, y Warner Bros se decidió por el género gansteril. "Creció la admiración", explica Schindler, "por los gánsteres que se llevaban fortunas de las fortalezas del poder usando sus metralletas. Al menos ellos hacían algo más que preocuparse de cómo pagar las facturas, cómo encontrar otro trabajo o cómo seguir pagando la hipoteca", explicaba el autor.
La oleada de películas que ahora se acerca parece tantear el asunto que más preocupa al ciudadano de a pie. Y si es cierto que no hay muchos proyectos ahora mismo sobre un tipo como Bernard Madoff (el estafador más grande de la historia, actualmente en prisión), uno de los mayores centros de interés apunta a la luz verde que ha recibido la secuela de Wall street.
El guión está siendo escrito por el ex corredor de bolsa Allan Loeb, quien ha sustituido a Stephen Schiff, autor de la primera versión de Money never sleeps (El dinero nunca duerme), una de las frases más famosas de Gordon Gekko en el original. En las inevitables filtraciones del primer borrador del guión, Gekko acaba de salir de la cárcel, se dedica a leer libros a niños en Harlem... y hace negocios con oligarcas ricos rusos, jeques árabes y especuladores de gran tonelaje. "Me encantaría retomar a Gekko", declaraba Michael Douglas recientemente. "No puedo ni imaginarme lo que podría llegar a hacer en un panorama como el que tenemos ahora".
La secuela de Wall Street es solo un ejemplo, pero Hollywood -probablemente por primera vez en su historia- se va a dedicar a la crisis y lo va a hacer más en la línea crítica de Glengarry Glenn Rose (la magnífica película de David Mamet) que en la vodevilesca versión de Entre pillos anda el juego. Sin embargo, que nadie espere un nuevo El club de la lucha (película en su día calificada en Hollywood de "subversiva" y que ahora está batiendo récords de alquiler en DVD en Estados Unidos): lo que se avecina es cine de camisa y corbata, molestando lo justo y tratando de llevar el tema a pie de calle. "A nadie le interesan los peces gordos sino lo que les pasa a los de abajo", declaraba recientemente un ejecutivo de la industria a The Hollywood Reporter.
El primer proyecto sobre la crisis aún no tiene título aunque sí reparto: Ben Affleck, Tommy Lee Jones y Kevin Costner, y se promociona como "la primera gran producción sobre el derrumbe del sistema financiero". Al frente del proyecto está John Wells, productor ejecutivo de El ala oeste de la Casa Blanca. En la misma línea, Baz Luhrmann (director de Australia o Moulin Rouge!) prepara Gatsby, que el realizador define como "un perfecto retrato de lo que está sucediendo". "No puedes decirle a la gente que se mire al espejo y diga: 'Oh, he estado borracho de dinero todo este tiempo'. Nadie va a ir a ver eso", explica. También se preparan películas como Mininum wage, del director Mark Water, que cuenta la historia de un ejecutivo obligado a vivir entre los pobres que él mismo ha creado, o Monopoly, adaptación del legendario juego dirigida por Ridley Scott.
Michael Moore, cómo no, es otro de los interesados en hacer leña del árbol caído y ya ha hecho un llamamiento a través de su página web para que "valientes que hayan trabajado en Wall Street o en el mundo de las finanzas den un paso al frente y compartan lo que saben". Finalmente otro Michael, Winterbottom, tiene pendiente de estreno tras su paso por el festival de Berlín su último filme, The shock doctrine, documental que adapta el libro de Naomi Klein sobre el efecto de las teorías del célebre Milton Friedman y los Chicago Boys en la política económica mundial a lo largo de las últimas décadas.
El 24 de abril se estrena, además, The International: dinero en la sombra, una película sobre un banco diabólico (y ficticio) que trata de perpetrar una gigantesca estafa, con Clive Owen y Naomi Watts en el reparto.
Pero, a pesar de lo que parece ser un giro en la política hollywoodiense -generalmente basada en una observación de las enseñanzas de los monos de Confucio-, no hay que hacerse demasiadas ilusiones a corto plazo: "Hemos pasado décadas enganchados al estilo de vida de los ricos y los famosos, y esto no va a convertirse de repente en fascinación por el estilo de vida de los vagabundos y los indigentes", remacha Robert Thompson, de la Universidad de Siracusa. "La cosa llevará tiempo".
Tras la estela de Gekko
El 11 de diciembre de 1987 se estrenó en EE UU Wall street. La película de Oliver Stone era un perfecto retrato de la locura financiera que se había desatado en el país, donde todos los jóvenes soñaban con trabajar de broker y retirarse forrados antes de los 30. En la película sobresalía Gordon Gekko, el personaje interpretado por Michael Dou-glas, un magnate sin escrúpulos que Stone situaba (con sospechosas dosis de fascinación) a la altura del mismísimo diablo. Gekko estaba basado en Victor Boesky, un ex broker que acabó entre rejas y cuyo lema Greed is good (La avaricia es buena) fue usado en la película. Wall street ha pasado de ser una película maltratada por su aparente ligereza a un filme reivindicado para ilustrar el proceso que ha llevado a la situación actual. Y si en su momento The New York Times o The Washington Post despreciaron la película, hoy parece que todos se ponen de acuerdo en que merece la pena revisarla.
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