El ladrillo se para en seco

Esqueletos de hormigón y ni un alma a la vista. La crisis en la construcción residencial ha parado en seco la actividad en algunas obras de la costa de Castellón y Valencia. Pequeñas urbanizaciones fantasma, con calles asfaltadas a ninguna parte y las farolas puestas, aguardan a que vuelvan los obreros y terminen los edificios a medio levantar.

Junto a la estructura inacabada de un gran complejo de apartamentos en Canet d'En Berenguer aún se publicita el nombre de la promotora, pero no cogen el teléfono. Se ofrecen, según la página web de la inmobiliaria, pisos de uno a tres dormitorios y "exclusivos áticos con impresionantes terrazas". Estaba previsto que se estrenaran este mes, pero ahora no se mueve un ladrillo. Las grúas avisan desde lejos que hay una obra, pero de cerca se comprueba que sus brazos no se mueven. No se trabaja. Ocurre, como muestran las fotografías, en la franja litoral de Moncofa y Xilxes, en Canet d'En Berenguer, Almenara... En los años del boom se aprobaron proyectos por millones de metros cuadrados en las poblaciones costeras de Castellón, entre ellas Moncofa, donde se celebraron bodas al grito de "¡vivan los PAI!".

El panorama ha cambiado por completo, y a los promotores valencianos la crisis les ha pillado con 160.000 pisos terminados y sin comprador. Con el grifo del crédito bancario cerrado y este stock de pisos, el sector afronta una etapa difícil. Ejemplo de ello son las promociones paradas. "En la mayoría de los casos se reduce el número de trabajadores, las obras no están paralizadas del todo", afirma la Federación Valenciana de Empresarios de la Construcción, que no tiene datos de obras paralizadas. Según el Instituto Nacional de Estadística, la venta de viviendas cayó en enero un 38,6% con respeto al mismo mes de 2008. La Comunidad Valenciana superó la media nacional con 117 pisos vendidos por cada 100.000 habitantes, frente a las 102 del conjunto de España.