El revolucionario geómetra Gromov, 'Nobel' de matemáticas
Una de las grandes figuras de la geometría actual, el matemático franco-ruso Mijaíl Leonídovich Gromov, ha obtenido el premio Abel de Matemáticas, que pretende ser el Nobel de esta ciencia. La geometría es uno de los campos más antiguos de las matemáticas, pero ha experimentado un cambio revolucionario en los últimos 50 años, recuerda el comité del premio, integrado por cinco matemáticos de prestigio.
Gromov ha liderado algunos de los desarrollos más importantes en la materia, aportando ideas generales sumamente originales que han abierto nuevas perspectivas. Según sus colegas, "Gromov está siempre a la búsqueda de nuevas cuestiones y piensa constantemente en nuevas ideas para resolver problemas que llevan mucho tiempo sin solución". A lo largo de su carrera, dicen, "ha sido autor de obras profundas y originales, y sigue siendo extraordinariamente creativo. Los trabajos de Gromov seguirán siendo fuente de inspiración para futuros descubrimientos matemáticos".
Gromov, de 65 años, nació en la Unión Soviética y estudió y trabajó en la Universidad de Leningrado. Desde 1982 es catedrático en el Institut des Hautes Études Scientifiques, en las afueras de París y desde 1992 es ciudadano francés. También ocupa la cátedra Jay Gould de Matemáticas en el Instituto Courant de la Universidad de Nueva York.
El geómetra español Vicente Muñoz recuerda que Gromov, "que es buenísimo", no consiguió en su momento la medalla Fields (el galardón más importante para matemáticos menores de 40 años), y no descarta que se debiera a que trabajaba entonces tras el telón de acero y se conocía mal lo que hacía. Entre los varios resultados importantes del trabajo de Gromov cita Muñoz la teoría de curvas pseudoholomorfas, dentro de su propio campo de trabajo: la geometría simpléctica.
Por su parte, el matemático danés Vagn Lundsgaard Hansen, durante el anuncio ayer en Oslo del premio Abel, explicó: "Si hubiera que mencionar sólo un concepto matemático fundamental como básico en el trabajo de Gromov, sería la noción de distancia, que ha introducido en situaciones muy sorprendentes y ha desarrollado con elegancia".
El premio Abel se denomina así en recuerdo del matemático noruego Niels Henrik Abel (1802-1829), y fue establecido por el Parlamento noruego en 2002. Es concedido anualmente desde 2003 por la Academia de las Ciencias y las Letras de Noruega y está dotado con 684.000 euros.
Gromov recibirá el galardón de manos del rey Harald en una ceremonia que tendrá lugar en Oslo el 19 de mayo. Se suma a otros prestigiosos galardones que ya tiene el distinguido geómetra, entre ellos el Kioto de Ciencia Básica (2002), el Balzan (1999), el Leroy P. Steele (1997), la medalla Lobatchewski (1997) y el premio Wolf (1993).
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